David Lynch y Werner Herzog abriendo los títulos de crédito (David Lynch presents, a Werner Herzog film); a priori esta unión de 2 de los cineastas más peculiares e interesantes (por lo que a mí concierne, el segundo me atrae mucho más que el primero) del panorama actual pintaba muy bien, mas si al parecer se trataba de un thriller psicológico interpretado por un puñado de buenos actores y entre estos contaba con el guiño de ser la madre del desquiciado protagonista, Grace Zabriskie (ya saben, la madre de Laura Palmer, además de la divertida madre de la malograda prometida de George Constanza en "Seinfeld").

Pues bien, la cosa no funciona, estamos ante una historia cuya sinopsis resulta de lejos mucho más atractiva que lo reflejado en pantalla, los universos de Lynch y Herzog se solapan pero no se complementan, tenemos uno de esos personajes recurrentes en la filmografía de Herzog (un iluminado excéntrico de la vida real, que interpreta Michael Shannon, diseccionado por Herzog), y ese surrealismo onírico marca Lynch (como el enano que aparece brevemente se encarga de recordarnos) salpicando los flashback resultantes de los interrogatorios del policía encargado del caso (Willem Dafoe y su ayudante Michael Peña desempeñando un trabajo sin chicha mi limonada) a novia (Chloë Sevigny) y profesor de teatro (Udo Kier), por los que se pretende conozcamos lo que ha llevado a ese desquiciado sujeto mentalmente enfermo a matar a su madre con una espada de la guerra civil tomada prestada a su tío (Brad Dourif), pero salvando esas escenas al más reconocible Herzog ambientadas en Perú, China, y Tijuana que siempre son bienvenidas y disfrutadas (aunque aquí son apenas esbozos) por los que tenemos al alemán como un maestro en el tratamiento y desmonte de sus personajes, la cosa no tiene ningún interés, se sufre mas que se disfruta, y a no ser que por la parte de Lynch alguien le encuentre algún atractivo, a mi juicio con un "pasable" va mas que apañada.