He tardado en ver esta película, ya que teniendo en cuenta la abundante oferta actual y las numerosas críticas que la crucificaban, me echaron para atrás, eso sí, aplazándola, nunca descartándola, porque mi fino instinto, (curtido en bazofias mil y experimentado buceador en polvorientas estanterías de recónditos y polvorientos videoclubs), que pocas veces me falla, me decía, que con este argumento, tan a priori apetitoso y contando con Jim Caviezel y Ron Perlman, no podía ser tan desastrosa como se decía, ya que estos actores, aunque ni mucho menos son mis favoritos, casi todas las que he visto de ellos, sin llegar a enamorarme, me han hecho pasar un rato medianamente entretenido, además de contar con el plus añadido de John Hurt, (el primer actor de cuyo pecho asomo la gaita un alíen) y de la siempre agradable presencia femenina de la periodista que traía loco al bueno del vampiro Mitch St. John en Moonlight, la bella y pizpireta Sophia Myles. Por fin la he metido mano y he de decir que me ha parecido muy entretenida, rodada sin pretensiones, por encima de tropecientas mil superproducciones de ciencia ficción y dotada de una atmosfera que entronca perfectamente con el gusto del aficionado a este género, el cual, al menos en mi caso, en vez de denostar las referencias a otras películas, cuando como en este caso son para, (dentro de los limites, tanto actorales como presupuestarios), hacer una más que digna película, las aplaudo y hasta agradezco. Absolutamente recomendable.