Esta serie pertenece a una hornada de ficciones policiales surgidas a finales de la primera década del siglo XXI y que buscaron innovar, ser más europeas o norteamericanas, series como "Génesis, en la mente del asesino", "Cuenta atrás" o "RIS". Y, al igual que pasó con esta serie, sus éxitos fueron más bien escasos (sobre todo si comparamos con las ficciones policiales precedentes, "El comisario" o "Policías, en el corazón de la calle").
Es destacar que a trama principal (la persecución por parte de la protagonista de Yakutov, el asesino de su familia, y de lo que se esconde tras él) sea tan potente desde el principio y siempre tenga un respetable porción de capítulo, en lugar de quedar plenamente relegada a favor de los "casos del día"; es una trama fuerte y, al contrario que sucede en bastantes casos, no concibes que la serie pueda continuar tras de ella. El problema es que los "casos del día" son considerablemente menos interesantes y dependen muy en exceso del actor invitado de turno, siendo además muy irregulares en su conjunto. Además, a pesar de la voluntad de innovar, muchas cosas (como las escenas de acción) siguen siendo más de lo mismo aunque intenten vestirlas de seda. Respecto al ambiente oscuro y opresivo del que se dota a la imagen (de ahí los tonos escasamente brillantes para el exterior y la primacía del amarillo ennegrecido en los interiores) es una elección legítima y lograda, pero que al final termina cansado tanto apagamiento.
La interpretación de Emma Suárez, muy creíble como la torturada inspectora Leal (pese a que no me creo que con la pinta de resacosa que le ponen la ronden más que a la negra), y de la que le hace el trabajo sucio al ministro (con un estilo muy parecido a la archifamosa Victoria Castellanos de "Motivos Personales"). El que hace de Yakutov también está bien en su papel de malo que es a su vez, en cierto modo, una víctimamás de los de arriba.