Un buen clásico, desconocía por completo del título de esta película en la filmografía de Davis, actriz sin igual y quizás de las mejores que haya podido existir, también tuvo la suerte de nacer con esos ojos irrepetibles, la mirada del cine.
Una larga pero buena película, es larga para narrar de una manera consecuente esta historia de amor puro, una historia sana y muy bien llevada.
Es curioso ver como Bette Davis no es la mala de la película y aunque parece ser que en algún momento acabará siendo la mala, pero no, es tan correcta y educada que choca al espectador sabiendo los papeles de mala que ha hecho siempre.
Cine clásico de otra época, otros temas, otras actuaciones, otros guiones, Bette Davis fue un actriz que comenzó a hacer sus primeras películas en los años 30 a comienzos del cine hablado y terminó haciendo películas como las de hoy, una actriz que ha visto la evolución del cine y de sus actuaciones y en este caso estamos ante una película de preciosas mansiones, gente de una clase social alta, historias de amor imposible, temas de aquella época donde el realismo estaba un poco apartado, se contaban historias solamente de una parte de la sociedad.
Así es esta película, otro tipo de cine y actuaciones, donde una vez más Davis se sale, mantiene la línea desde el principio hasta el final con su actuación, una mujer correcta, educada y disciplinada, el ejemplo de una buena y clásica institutriz.
La película a su vez toca el tema del amor, pero este será puro, no busca perversión ni amor fácil, la verdad que este está muy bien llevado y tratado por el director además de que Davis actúa con genialidad.
Resulta raro ver a Davis en este papel ya que siempre ha hecho el papel de mala, en esta película uno está esperando cuando saldrá un grito imponente, una mirada asesina o un hecho de maldad, pero no, todo en ella es corrección y educación.
Una buena película, sin duda no es de esos clásicos inolvidables pero es una buena película que se ve y se disfruta