Cual ha sido mi sorpresa que he visto esta película y me ha gustado bastante, me ha hecho pasar un buen rato, me ha emocionado y me ha hecho reír.
Tiene cosas buenas y otras muy malas, la cosa mala, es una película MUY americana, esa mierda de New York está flotando de una manera pesada en toda la película, y eso es exactamente lo que me cansa mucho.

Empecemos analizando al niño, es un encanto, lo he visto por primera vez en Los chicos están bien, y la verdad que no la hace nada mal el chico, tiene una cara muy peculiar y buena para la pantalla y esa carita de niño bueno se queda plasmada en esta graciosa película para adolescentes o cine familiar, como bien la quieras ver.

El chico es muy gracioso y tierno y su primera historia de amor está muy bien tratada, sigue el paralelismo con las vidas amorosas de los adolescentes y matrimonios, discusiones, momentos de amor, ternura, de todo menos el sexo…claro, son demasiado jóvenes.

Me gusta como están tratados los niños y los monólogos interiores del chaval, son en algunos momentos muy buenos y divertidos.

Lo peor, New York y esa promoción de vida de ensueño, ese sueño americano y una mierda que no se creen ni ellos mismos, New York no es solo Manhattan, tiene otros barrios que dan mucha pena y eso no aparece en esta película ni en las otras cientos que promocionan New York con el mejor parque del mundo, las mejores calles, restaurantes, músicos callejeros, lo mejor de lo mejor, la verdad que da tanto asco que dan ganas de quitar la película pero la salvan los dos chavales que se empiezan a enamorar.