Producción canadiense y dirigida por Philippe Falardeau, el film parte de un hecho trágico sucedido en un aula, para seguidamente presentarnos al protagonista del film Baschir Lazhar (Mohamed Fellag) un inmigrante argelino que sustituye a una profesora fallecida en trágicas circunstancias y cuya ausencia traumatiza a los niños de su aula. Pero los métodos poco ortodoxos del profesor Lazhar les ayudaran a superar el mal trago.

Con un presupuesto modesto, sin grandes estrellas en el reparto y una puesta en escena que busca más que el realismo, la naturalidad, la espontaneidad, Falardeau nos habla de varios aspectos, aunque sería más apropiado decir que más que hablar, en realidad los muestra, y, aún más allá: los insinúa. No sólo toca un sistema educativo encorsetado por unas normativas que no dejan ni respirar a los niños, y que cuenta con el beneplácito de unos padres que tratan de ningunear el papel que tienen de educador de los profesores, además del de enseñar. Pero también toca el tema de la diversidad cultural, no sólo porque Bachir sea argelino, sino porque en su clase conviven hijos cuyos padres proceden de diversos lugares, y tampoco se olvida del desarraigo y desorientación del inmigrante, perdido en un país extraño con costumbres diferentes.

Pero todo ello contado de una forma sencilla, sin caer en el discurso fácil, alternando a base de diversos flashes secuencias en el aula, con secuencias en el aula de profesores, los niños en el recreo, la vida personal de Bachir...etc, todo ello sin entrar en el detalle, tomado a distancia en muchas ocasiones pero dejando que sea el espectador el que asuma toda la información que nos está transmitiendo el realizador.

Un buen ejemplo de lo mencionado es como se afronta la desaparación de la profesora, un vacío que Bachir va llenando poco a poco, permitiendo que acaben aflorando sentimientos que son coartados tanto por los padres como por el propio sistema educativo, más empeñado en hacer ver que no ha pasado nada que no en afrontar de cara el problema. El mismo estilo de Bachir es el que emplea Falardeau para dar una visión de conjunto para nada acomodada, con cierta mirada triste aunque sin dejar del todo la puerta cerrada.

No es un film discursivo que trate de exponer alguna tesis o denunciar una situación, al estilo de la obra de Cantet, "La clase", pero sin pretender ser tan combativo, acaba consiguiendo los mismos resultados. Es uno de esos films de los pasados unos días te sorprendes rememorando alguno de sus pasajes.