De la mano de Frank Darabont, asistimos a una de esas películas consideradas como "pequeñas" pero que saben llegar a lo más hondo del espectador sin trucos ni artificios innecesarios. Sólo desde la sencillez. Peter Appleton (Jim Carrey) es un prometedor guionista que tiene el éxito al alcance de la mano, sin embargo, todo se girará cuando el Comité de Actividades Antiamericanas le acusa de ser un simpatizante comunista y le llama a declarar.

En un intento de huida, tiene un accidente con su coche, se queda amnésico y aparece en una pequeña localidad en la que es confundido con uno de sus habitantes, que desapareció en combate después de la batalla del día D en junio de 1944. Alejado (y olvidado) del ruidoso Hollywood, se encontrará inesperadamente con un tipo de vida muy diferente del que conocía.

Frank Darabont, sabe contarnos la historia con sencillez, realizando un guiño hacia la própia industria de Hollywood, aunque con una sutileza que hace que pase casi desapercibida, y otro guiño a los films de Frank Capra, que se nota sobretodo en la parte final del film, aunque sin que el film se pueda considerar una copia de las películas de Darabont. Se beneficia además de las buenas actuaciones de Jim Carrey, mucho más comedido de lo que es habitual en él y sobretodo de la presencia de Martin Landau en una soberbia interpretación. Un film que merece la pena verlo sin lugar a dudas.