Fíjense si La liga de los hombres extraordinarios fue desastrosa para los implicados que nadie volvió a saber apenas nada de Peta Wilson o Stuart Townsend (de hecho, el irlandés está retirado de la actuación y viviendo en una granja en Costa Rica con su familia), Sean Connery decidió retirarse y Stephen Norrington jamás volvió a ponerse detrás de la cámara (y eso que venía de hacer Blade). Y hasta hoy.
Con todo, la película tampoco es tan, tan, tan mala como se dijo en su día. Es medianamente entretenida, y tiene su gracia ver a todos estos clásicos personajes literarios todos juntos, aunque en muchos casos no tengan demasiado que ver con el original en la letra impresa. Pero desde luego está claro que es una cinta fallida, demasiado escandalosa y poco elaborada en su historia y guión. Es como que han querido abarcar mucho pero apretando muy poco. No deja poso, no emociona, no hay una gran conexión con estos personajes (excepto quizás Quatermain) y no engancha como debería.
Una pena.