Mira que era difícil superar lo mala que era 50 sombras de Grey, pero estas 50 sombras más oscuras son, sin duda, peor.
Y es peor porque donde su predecesora era tirando a aburrida, esta es ya directamente soporífera, y no tiene nada que contar. Todavía la primera presentaba a los personajes, los comienzos de su relación... pero ¿esta? ¿De verdad importa lo del compañero de trabajo de Ana? ¿Se supone que es misteriosa la trama de la pobre Kim Basinger (para lo que ha quedado)? No se sabe.
Entre medias, hay unas cuantas escenas de sexo más explícitas de lo que se suele ver en el cine comercial, pero que no consiguen ser sexies ni provocativas, básicamente porque ni los personajes ni los actores importan un pimiento al espectador. Y por supuesto, no esperen ver nada de Jamie Dornan, porque la película también es machista en eso. En lo interpretativo, el pobre Jamie sigue con cara de "qué- hago- aquí- qué- listo- fue- Charlie- Hunnam- que- huyó- a- tiempo- de- esta- mierda", sabiendo que podría estar mostrando su talento (que lo tiene) en proyectos más interesantes, mientras Dakota Johnson sigue empeñada en dotar de algo de elegancia y dignidad a la nada elegante ni mucho menos digna Anastasia.
Terrible y muy peligroso me parece también que haya tantas mujeres que consideren romántico a Grey y quieran uno como él en su vida. QUÉ HORROR. Y no lo digo porque le guste el BDSM (cada cuál que haga con su pareja lo que quiera, siempre que los dos estén de acuerdo y no hagan daño a terceros), sino porque el tipo es controlador, siniestro (atención a lo que hace cuando ella se está vistiendo para la fiesta de máscaras), celoso y machista a más no poder. Está a dos pasos de convertirse en un maltratador (y repito, no por el sexo) y la pobre Anastasia no se da ni cuenta. Qué miedo.
Y encima dura dos horas. ¡Dos horas para contar esto! Una locura. Si a los cuarenta minutos de empezar ya estamos todos bostezando.
Lo dicho, somnífero gratuito para sus noches más insomnes y calentorras.

Lo mejor: La banda sonora
Lo peor: Casi todo lo demás