Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sibila de Delfos:
8
Serie de TV. Drama Serie de TV de 37 capítulos (2007-2009). Narra la vida de los Orozco, importante familia relacionada con el mundo de los toros. A la cabeza, Carmen Orozco (Concha Velasco), que tendrá que gestionar el patrimonio haciendo frente a traiciones, luchas de jerarquías y enfrentamientos personales. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Herederos.
Si Herederos se llamase Heirs, otro gallo cantaría.
Si en vez de Concha Velasco, Mar Regueras y Félix Gómez, esta serie la protagonizaran Meryl streep, Cate Blanchett y Jake Gyllenhaal a todo el mundo lee gustaría. Y si la familia protagonista, en vez de estar relacionada con el toreo, tuviese simplemente una ganadería, o sus varones se dedicasen a , digamos, boxear, por ejemplo... ay, amigos. Entonces seguro que esta serie habría gustado a todo el mundo, y todo el mundo la vería y alabaría, aunque pasasen las mismas cosas que en Herederos.
Porque a veces en España no sabemos valorar nuestra ficción, y mientras tanto nos tragamos y alabamos ficciones extranjeras ciertamente similares, sólo porque son extranjeras. Algo así ocurre con Herederos.
Cierto es que a la serie creada por Pablo Tébar y David Paniagua se le pueden sacar muchos defectos. El más grave es que la mejor temporada es sin duda alguna la primera, y las otras dos no consiguen mantener el mismo nivel de interés. En cuanto los toros y los conflictos familiares pasan a un segundo plano y adquieren protagonismo los secuestros y los negocios, la trama adquiere un tinte tremebundo y truculento que acaba por resultar ciertamente cansino. Desde el principio es culebrónica a más no poder (en el primer capítulo, así como quien no quiere la cosa, hay ya casi de todo, incluida una violación, y el número de personajes que mueren o son secuestrados o sufren horribles enfermedades es notable), pero sería una hipocresía criticarlo cuando tantas y tantas series americanas premiadísimas, o mi adorada Downton Abbey, apuestan igualmente sin ningún disimulo por la truculencia y la sensiblería, y nadie dice nada al respecto.
Ahora viene cuando alguien dice: "Bueno, pero es que las series americanas y británicas están mucho mejor escritas que este bodrio". Y yo digo... ¿Sí? ¿De verdad es tan diferente lo que vemos en, directamente, Dallas o Dinastía, de ésto? Repito: Si en vez de toros hubiese caballos o vacas, ¿nos molestaría tanto?
Porque, aceptando que las temporadas 2 y 3 de Herederos son claramente inferiores, creo que debería resultar de justicia admitir que la primera temporada es de sobresaliente auténtico. Tiene unos guiones muy bien escritos, unos personajes muy bien definidos, un excelente equilibrio entre drama, familia, comedia, negocios y amores. Y lo más importante, tiene ese "algo" especial que fascina. Hace querer continuar, ver qué les pasa a estos personajes, saber cómo continúa su historia. El nivel de la producción es fantástico, todos los ambientes resultan creíbles y es de lo más entretenida.
Entre los actores, Concha Velasco está, como casi siempre en los últimos años, soberbia en la piel de esa Carmen Orozco que tampoco es tan villana como la pintaron en su momento, sino más bien una mujer víctima de muchas cosas a la que la vida ha hecho carente de escrúpulos. Mar Regueras resultan sorprendente en las escenas más dramáticas, aunque su personaje acusa mucho la decadencia en que cae en la segunda temporada (la mejor Julia es la de las temporadas 1 y 3). Ginés García Millán es uno de los mejores actores de este país, y borda el personaje de manipulador sin escrúpulos pero con corazón. Imposible olvidar el trabajo de Petra Martínez y Álvaro de Luna, magníficos; de Iker Lastra y Lidia Navarro, grandes revelaciones jóvenes en personajes complicados (sobre todo el de ella, la extraña, indomable, frágil e incluso siniestra Verónica); de Irene Montalá, con una mirada interesantísima; de Cristina Castaño, que antes de revelarse como una maravillosa actriz cómica en La que se avecina, ya mostró aquí sus dotes para el drama en un personaje que desaparece demasiado pronto.
Pero la gran sorpresa es sin duda Félix Gómez, un excelente actor que acomete aquí un personaje en extremo complejo. Su Jacobo Orozco, torero, niñato, irresponsable, encantador, drogadicto, bisexual, depresivo, juerguista, tan fácil de querer como de aborrecer, acaba siendo el mejor personaje gracias al esfuerzo del sevillano, que clava cada una de las luces y sombras de Jacobo en un arco dramático memorable.

En definitiva, una muy buena serie que muchas veces peca de tremebunda, pero que merece ser vista y apreciada por el esfuerzo hecho con ella de crear una ficción de calidad para adultos.
Sibila de Delfos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow