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Voto de Sibila de Delfos:
9
7,0
28.208
Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia. Infantil Woody siempre ha tenido claro cuál es su labor en el mundo y su prioridad: cuidar a su dueño, ya sea Andy o Bonnie. Pero cuando Bonnie añade a Forky, un nuevo juguete de fabricación propia, a su habitación, arranca una nueva aventura que servirá para que los viejos y nuevos amigos le enseñen a Woody lo grande que puede ser el mundo para un juguete. (FILMAFFINITY)
22 de junio de 2019
30 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a empezar con una obviedad.
Toy Story 4 podría no haber existido y todos nos hubiéramos quedado tan contentos con aquel perfecto final de Toy Story 3, que aún hoy pone un nudo en la garganta y hace aflorar las lágrimas en los ojos de los espectadores de cualquier edad, y muy especialmente en los de los que en aquel 1995 eramos niños y literalmente hemos crecido con Andy y sus maravillosos juguetes: Woody, Buzz, Jessie, Perdigón, Slinky, Rex, Ham, Sr. Patata, etc. La saga podría haber terminado allí perfectamente, con esa obra maestra del cine que es y siempre será Toy Story 3, heredera de las igualmente únicas y magistrales Toy Story y Toy Story 2.
Sigamos con otra obviedad: el listón estaba tan alto, pero tan tan tan alto, que era difícil que esta cuarta parte pudiera superar la calidad de sus hermanas mayores. No lo logra. Se puede decir sin asomo de duda que Toy Story 4 no es tan buena como las tres primeras.
Ahora, la diferencia es tan escasa, pero tan sumamente escasa, que sería muy injusto decir que es mala o incluso la menos buena, como acabamos de escribir en este comentario. Es injusto porque nos encontramos ante una película sencillamente extraordinaria. Si 4 no llega al nivel de las tres que disfrutamos entre 1995 y 2010 es por una serie de mínimas taras que vamos a finiquitar en cuatro líneas y media: el recurrente chiste de la voz interior de Buzz, que se hace algo repetitivo (además, hace parecer al personaje más tonto de lo que jamás ha sido), el continuo complejo de héroe de Woody, que termina por hacerse también algo cansino, y el hecho de que hay ya tantos personajes e historias que aquellos más míticos y originales (Ham, Slinky, Rex, Patata, Perdigón e incluso Jessie) se terminan convirtiendo en secundarios. De lujo, eso sí, pero muy secundarios.
Ya está. Esos son los problemas de la película.
El resto es una demostración más de algo que decimos casi cada vez que Pixar estrena una película: juegan en otra liga. No sólo han conseguido un nivel inigualable de animación, que vuelve a mostrarse aquí en todo su esplendor (ver la tienda de antigüedades y la feria), sino que sus guiones son siempre enormemente maduros, emotivos, divertidos y adultos a partes iguales. Pocas veces se han equivocado con una cinta original (El viaje de Arlo quizás es la menos lograda), pero las secuelas son su talón de Aquiles (quitando Cars 3 y Buscando a Dory, otras secuelas de la casa no son demasiado memorables). Sin embargo, las secuelas de Toy Story han sido todas extraordinarias, y esta cuarta parte no es una excepción. Sigue siendo sorprendente el detalle y el mimo con el que se hacen las cosas, y cómo sus responsables no se limitan a repetir lo que ha funcionado, sino que continuamente inventan cosas nuevas y siempre dan en el clavo. No hay más que ver el diseño de personajes como Gabby Gabby (una antagonista muy diferente a Lotso o el Oloroso Pete), los siniestros Benson, el adorable Forky, los divertidísimos Ducky y Bunny, la diminuta pero valerosa McRisas o el descacharrante Duke Caboom. Da igual que aparezcan en escena sólo unos segundos o formen parte de la trama principal. El cuidado con el que han sido creados es espectacular. Por otro lado, el humor en la saga sigue intacto (es, de hecho, muy divertida), y sirve como alivio de toda la carga melodramática de la película, que es mucha. Su emotividad sigue intacta y hace que resulte, una vez más, una película preciosa. Y qué decir del giro que han dado al personaje de Bo Peep (y sus ovejas, claro está), convertida desde ya en una de las mejores heroínas de Pixar, una juguete femenina muy distinta de Jessie, con mucha personalidad y lideresa de una aventura sencillamente extraordinaria.
Respecto a su comentado final, que tantas opiniones encontradas está suscitando y que no desvelaremos aquí... pues la verdad, si el espectador ha estado atento a la película y, muy especialmente, a la evolución de Woody y su relación con los demás personajes y especialmente con Bonnie, se dará cuenta de que es el único final posible. Además, si alguien a estas alturas no se ha dado cuenta de que Toy Story es una saga profundamente emotiva y melodramática, que vuelva a revisar las tres primeras. Siempre es un placer.
En definitiva, una joya más de la casa del flexo Luxo Jr, que parece poner punto y final, esta vez sí, a las aventuras de una de las mejores pandillas de amigos (aunque sean de plástico) de toda la historia del cine. Y el viaje no ha podido ser más placentero. Gracias, chicos.

Lo mejor: Su extraordinario humor, el diseño de personajes (atención a las docenas de juguetes nuevos que conocemos), la emotividad que desprende y sus inagotables valores de amistad, lealtad y compañerismo.
Lo peor: Dos o tres cositas nada más, que no suponen un problema para apreciar sus infinitas virtudes.
Sibila de Delfos
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