Interesante film de intriga y suspense, que dura sólo 75 minutos pero es densa, llena de tensión y tan bien narrada que logra entretener desde el principio hasta el final.
El argumento, visto ahora, en pleno siglo XXI no parece demasiado original, pero en la época en la que se rodó resultaría más atractivo.
Pero gracias a la sutil realización de Jospeh M. Newman, que siempre hacía filmes muy amenos y sobre todo a la presencia de una bellísima Jeanne Crain, la cinta se degusta como un pequeño manjar aunque bien puede ser cierto que no tarde demasiado en olvidarse finalizada su visión.
Pero mientras se ve gusta y te lo pasas bien.
Impecable fotografía en blanco y negro de Joseph LaShelle y un claro ejemplo de lo que se hacía en el Hollywood dorado, con cariño y dedicación, incluso en las series Bs, como es el caso.

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