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España España · Málaga
Voto de JGC:
8
Drama Cuatro profesores de instituto se embarcan en un experimento sociológico en el que cada uno de ellos deberá mantener la tasa de alcohol en su cuerpo al mismo nivel, durante su vida diaria, intentando demostrar de esa manera que pueden mejorar en todos los aspectos de su vida. (FILMAFFINITY)
6 de enero de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 95% de las personas de este soleado país que no tienen el grato placer de intercambiarse mensajes a través del sistema burocrático y aséptico de la Agencia Tributaria tiene una probabilidad del 90%, con un intervalo de confianza del 98%, de no ver una película danesa cada tres años. Posibles desviaciones estadísticas podrían ser explicadas por un despiste en la taquilla a la hora de decidir en qué oscura sala de cine cobijarse durante un par de horas.

Quizá, ustedes, los que tienen el buen gusto de estar leyendo esta irrelevante entrada dentro de un irrelevante blog en mitad de esta selva electrónica, les suenen nombres como: Lars Von Trier, Nicolas Windig Refn y Thomas Vinterberg. O, acaso, hayan visto la serie danesa que triunfó hace un buen par de años, y que ahora Netflix ha rescatado, llamada Borgen.

El éxito de ese pequeño país en el cine es incuestionable. Refn, que como habrán podido comprobar los que hayan visto películas de ese triunvirato, va por otro sendero. Escoltado por Lynch y Jodorowsky. Ese triunfo danés tiene como punta de lanza al malvado Lars Von Trier. Él fue el impulsor de Dogma 95 junto con Vinterberg (aquí un link para los que se acaben de perder: https://es.wikipedia.org/wiki/Dogma_95).

Leyendo de qué va ese pseudo movimiento masónico pueden entender al revolucionario por su revolución. La pena es que Von Trier apenas aplicó sus propios dogmas. Y otra pena más que puede añadirse a este drama es que la película exponente de dicho movimiento sea del hijo pródigo Vinterberg: Celebración (1998), y no del padre.

Con todo esto solo quiero decir que del dicho al hecho hay un trecho. Incluso cuando hay pocas reglas. Aunque, visto de otro modo, solo existen diez mandamientos, pero viendo como el ser humano insiste en retorcer su acción sobre la Tierra luego los complementamos con un generoso Código Penal.

Thomas Vinterberg quizás no tenga el toque de locura y genialidad que tiene Von Trier. Pero sí que es un estudiante ejemplar y constante. El muchacho lo intenta, y a veces con mucho acierto, como con la nombrada anteriormente Celebración (1998). Y a la que se le pueden sumar Submarino (2010) y La caza (2012). Luego tiene unas obras un tanto menores pero bastante interesantes como La comuna (2016), o Kursk (2018). Aunque esta última está basada en hechos reales y no podemos analizar propiamente la capacidad de Vinterberg de contarnos lo que tiene dentro de su cabeza.

Todas las películas que ya he mencionado tienen en el fondo una crítica a un colectivo. Mayor o menor. Se pueden extrapolar a la sociedad danesa o al ser humano. La mayoría de películas del Dogma 95, en sus orígenes, aplicando las técnicas mandatadas, pero casi nunca respetadas, ponían su mira en nosotros.

Habiendo enterrado ya la juvenil revolución, Vinterberg nunca ha dejado de hacer precisamente eso. Y en Druk (2020) volvemos a encontrarnos a seres en mitad de una crisis existencial que no eran conscientes de tener. Kierkegaard, filósofo danés existencialista, está omnipresente durante toda la película. Tanto en citas, como por boca y motivación de los personajes. Tanto jóvenes como adultos. Ambos espectros de la sociedad lidian con algo. Unos creen, los jóvenes, que todo pasará. Otros ya lo saben y deciden hacer algo. Ese algo es permanecer borracho cada día hasta las 8 de la tarde. Todo respaldado científicamente.

La película es ficción. ¿Pero acaso nosotros mismos estamos completamente cómodos en nuestra vida? (Ahora es cuando se suele subir el volumen al televisor haciendo como que dicha pregunta jamás fue formulada) Los protagonistas deciden beber en un país donde se bebe generosamente. Eligen la herramienta que más a mano tienen. ¿Acaso nosotros no hacemos lo mismo abriendo de media unas doscientas cincuenta veces diversas aplicaciones en nuestros smartphones cada día?

Posiblemente nada solucione nada. Ni beber ni no beber. El tamaño del problema viene dado por nuestra percepción. La película no tiene una moraleja clara. Entiendo que ni el mismo director cree estar en posición de recomendar nada a nadie. Solo nos muestra como un grupo de gente se embarca en su propia odisea contemporánea. Y encima gana premios como mejor película en los Premios del Cine Europeo. De momento.

Larga vida al cine danés. Chin chin.

“Atreverse implica perder el equilibrio momentáneamente. No atreverse implica perderse a uno mismo” (Søren Kierkegaard)

https://serycine.wordpress.com/
JGC
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