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Colombia Colombia · Bogotá
Voto de PierPuccini:
7
Ciencia ficción. Drama. Intriga En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
16 de junio de 2006
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre es conocido como un “Stalker”. Su trabajo consiste en guiar y enseñar a los curiosos un lugar llamado “la zona” en donde se cree un meteorito hizo impacto y dotó a sus alrededores de increíbles poderes, como el de conceder deseos a todo el que logre ingresar. La zona se encuentra fuertemente custodiada por militares. Esta vez el Stalker deberá valerse de su ingenio para burlar a los guardias y conseguir penetrar junto a un escritor y un profesor, dos curiosos en busca de respuestas.

Andréi Tarkovski dirige esta obra de ciencia ficción con su habitual ritmo taciturno, narrando sucesos inverosímiles y caóticos con un trasfondo crítico hacia la sociedad, la ciencia, y la fe.

El potencial de la cinta nace de la confrontación entre los caracteres centrales, un trío que se explaya en un monumental trabajo interpretativo, cada con un punto de vista disímil sobre el sentido de la vida, la búsqueda de la felicidad, de la riqueza material, intelectual o espiritual.

La misteriosa habitación o “cuarto de los deseos” dentro de “la zona” funciona perfectamente como alegoría de la infructuosa y vana búsqueda de los seres humanos por encontrarle sentido a algo que no lo tiene, o que tal vez no ha podido descubrir debido a la precipitación o al desapego por lo poco de humanidad que aun subsiste en su agitado y conflictivo intelecto.

La falencia del film recae sobre el amodorrado tempo narrativo del director soviético y su obsesión por hacer de algunos pasajes sin relevancia un paseo reiterativo que desemboca un mar de somnolencia, lo que inevitablemente conlleva a la perdida de interés o enfoque en lo expuesto, algo que sucedió con otro clásico del genero como fue 2001, de Stanley Kubrick. Lo admirable de Tarkovski es la innegable capacidad que posee de transmitir fielmente su visión y propuesta al celuloide, presentando abiertamente sus particulares preocupaciones espirituales y dilemas existenciales, similares al enfoque de maestros como Ingmar Bergman o Akira Kurosawa.

Como mención especial he de mencionar la manera en que me cautivó el epílogo de la obra, en la que la hija minusválida del Stalker despliega su poderío psíquico bajo las notas celestiales de Ludwig Van Beethoven.

En conjunto, un sorprendente documento filosófico, una obra abiertamente religiosa y enfática en nuestra posición frente al universo, el problema que acarrea el nacimiento y sostenimiento en un paraje desolado y siempre cambiante, como el de la zona, por la que no podremos dar un paso sin pensarlo dos veces.

Pierluigi Puccini
PierPuccini
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