Como aficionado del género post-apocalíptico y las ficciones distópicas, cometí el error de dejarme llevar por las buenas impresiones que dejó entrever el tráiler de The Bad Batch. Nada más lejos de la realidad…

Aunque inicia siendo lo que parece ser un producto bastante interesante, al poco rato va tornando en una espiral hacia el absurdo, sin ser capaz de narrar una historia bien fundamentada, desconcertando por el camino al incauto espectador.

En primer lugar, y siendo este el punto clave; estamos ante una cinta cuyo hilo argumental es caótico y que, intentando emular grandes obras reflexivas y filosóficas, se convierte en una vorágine del sinsentido, ya que aspira a ser mucho y llega a ser nada, haciendo que siga preguntándome aún a día de hoy que querría explicar exactamente la directora.

Por otro lado; la duración del metraje es excesiva, abundando escenas insultantemente alargadas, abusando de largos e innecesarios silencios durante las “conversaciones” (entrecomillado porque más que conversaciones, son meramente miradas) que; aunque en ciertas situaciones o viniendo de ciertos personajes están más que justificados (básicamente los interpretados por Jim Carrey), en su gran mayoría carecen de razón, echando en falta mucho más ritmo en la dialéctica para conseguir dotar de un poco de vida a las diversas interacciones sociales que se acontecen.

No obstante, no todo son desatinos. La ambientación está bastante lograda, el resultado de mantener en pantalla a una Suki Waterhouse mutilada al más puro estilo Imperator Furiosa es excelente y las contadas apariciones de Jim Carrey son soberbias; pero aun con tales aciertos, y debido al peso de las constantes y crecientes inconexiones que conforman al guion, no consiguen hacer remontar a la ficción en su cómputo global.

Aun así, a buen seguro que existirán los típicos snobs pretenciosos quienes defenderán a capa y espada esta película, argumentando el descubrimiento de un significado profundo, místico y precioso que solo puede existir en la imaginación de un intelectual resentido con aires de superioridad; ya que la única manera de conectar con este film es siendo un hípster pedante y/o ir puesto de sustancias estupefacientes hasta las cejas, únicos caminos posibles para comprender semejante tostón, el cual carece de atractivo alguno.

Mención aparte: cabe destacar que intentar comprender el motivo por el cual actores de la talla de Keanu Reeves o Giovanni Ribisi aceptaron participar en semejante disparate, es un auténtico galimatías. Sobre el primero; y esforzándose uno mucho, se puede entender que va entrando en una edad en la que el ofrecimiento de papeles de peso irá menguando con el paso del tiempo; pero aun así, cuánto menos sorprende. En cuanto al segundo, es incomprensible el hecho de que un actor contrastado como el bueno de Ribisi haya aceptado un papel tan burdo y fútil, el cual carece de relevancia y cuyas apariciones tienen una importancia tan ínfima.