No se por qué a los críticos de cine nos cuesta tanto sostener una razón para decir que una obra es maestra. Pienso que en esta oportunidad, ante el regreso al cine chino de John Woo, el cineasta ha conseguido el panegírico con una película épica marcada por un frenesí irreprimible y espectacular.

Tomando como punto de partida el año 208 antes de Cristo, donde Cao Cao (Zhang Fengyi), el Primer Ministro del Emperador provoca (y no estoy cometiendo ningún spoiler) un enfrentamiento bélico entre los Tres Reinos con el fin de unificar y gobernar una China resplandeciente; el cineasta chino Woo filma la batalla más famosa de la historia del país asiático que tuvo lugar en el “Acantilado rojo”.

El resultado, ambicioso en todos los contextos que se quiera evaluar, nos permite señalar que es una película extenuante, donde prioriza (y al igual que en otras películas del género como “Heroe”) el planteamiento de las guerras en el oriente. Los criterios como la dignidad, el valor, el amor y amistad adquieren el máximo nivel de exaltación.

Perfectamente montada la película, me recuerda el consejo del maestro Akira Kurosawa: “No se puede ser director de cine si no se sabe montar”. Más no se puede pedir, y el director de películas como “Broken arrow”, deja claramente la lección.Para finalizar recordemos entonces “La ceremonia del Te”, que además resulta ser la perfecta metáfora del fragor de un campo de batalla.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)