Como película dominguera de televisión, se deja ver. Bastante típica, con un humor cercano a lo absurdo. En muchas escenas pasé vergüenza ajena, otras en cambio, me parecieron ridículas. Sus dos protagonistas son bastante simplones: un religioso atractivo que lo sabe y una mujer independiente que de pronto tiene que aprender a ejercer de madre con dos niños que son un encanto y una adolescente rebelde a ratos. Los personajes principales nos caen simpáticos desde el primer momento, con sus tonterías de turno, y la pareja nos regala un romance ligeramente mediocre para estar a la altura del drama que nos presenta el resto de la película. Sin embargo, tiene bastantes momentos divertidos y entretiene la mayor parte del tiempo. Eso sí, que nadie le busque escenas originales o conmovedoras que la conviertan en una película memorable.