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Voto de Daniel W:
4
4,8
15.822
Ciencia ficción. Intriga. Thriller. Fantástico
1976. Norma Lewis (Cameron Diaz), profesora de un colegio privado, está casada con Arthur (James Marsden), un ingeniero de la NASA, y tiene un hijo de nueve años. Un día, se presenta en su casa un hombre misterioso, con el rostro horriblemente desfigurado, que le propone a Norma una vida alternativa: la caja. La pareja, que sólo dispone de 24 horas para decidirse, se enfrenta a un espinoso dilema moral. La cuestión es que decidan lo que ... [+]
27 de diciembre de 2010
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un día cualquiera, de buena mañana, suena el timbre de una casa. La protagonista, que estaba durmiendo, abre la puerta y se encuentra con un paquete en el suelo. Resulta ser una caja de madera con un botón rojo en lo alto. Esa misma tarde aparece un hombre al que le falta media cara y le dice que si ella o su marido presionan el botón, él les entregará un millón de dólares, pero alguien, en algún lugar, morirá… (claro está que por ahí va a morir mucha gente hagan lo que hagan, pero hay una persona en concreto, se entiende, que no morirá a lo tonto si ellos dejan tranquilo el botoncito). Veinticuatro horas para pensarlo. Ahí te quedas.
Bien. Ya tienes al noventa por ciento de los espectadores cogido de las pelotas. Y ahora, ¿qué?
Pues ahora toca dar explicaciones, porque crear expectativas con un arranque sorprendente es relativamente fácil (a mí se me ocurre, así a botepronto, uno con neandertales aporreando puertas en Notting Hill de buena mañana); lo jodido es resolver el misterio sin que se te escape el espectador a mitad faena.
En el relato corto "Button, Button", del que está tomada la idea inicial (es decir, lo único interesante de la película), Richard Matheson remata el asunto de forma breve y macabra (¿con humor, incluso?); sin embrollarse en gilipolleces. Pero para esto hace falta el talento que, al menos en este caso, no ha demostrado tener Richard Kelly, director y guionista de la cinta. Habrá quien diga que el pobre Kelly tenía que llenar dos horas, y el relato de Matheson no daba tanto de sí; pero eso es problema suyo. Si no sabe cómo convertir una historia tan corta en una película de dos horas, que la deje correr y busque otra cosa.
Cuando era adolescente, las novelas de Stephen King me tenían absorbido hasta las últimas cincuenta páginas, en las que hacían su aparición los elementos fantásticos y echaban por tierra todo lo conseguido. Supongo que esto va a gustos y habrá a quien le apasionen esos finales sobrenaturales, pero a mí me hacían perder el interés de inmediato.
Esta película me ha manejado del mismo modo tramposo que los libros de Stephen King en su momento: Tras el arranque llamativo del que ya he hablado, la historia se pierde en explicaciones estrambóticas, y, para cuando se desvela todo, te importa un carajo si el tipo interpretado por Frank Langella es San Pedro o el Capitán Trueno. No hablemos ya de lo que le pase al matrimonio protagonista, un par de...
Bien. Ya tienes al noventa por ciento de los espectadores cogido de las pelotas. Y ahora, ¿qué?
Pues ahora toca dar explicaciones, porque crear expectativas con un arranque sorprendente es relativamente fácil (a mí se me ocurre, así a botepronto, uno con neandertales aporreando puertas en Notting Hill de buena mañana); lo jodido es resolver el misterio sin que se te escape el espectador a mitad faena.
En el relato corto "Button, Button", del que está tomada la idea inicial (es decir, lo único interesante de la película), Richard Matheson remata el asunto de forma breve y macabra (¿con humor, incluso?); sin embrollarse en gilipolleces. Pero para esto hace falta el talento que, al menos en este caso, no ha demostrado tener Richard Kelly, director y guionista de la cinta. Habrá quien diga que el pobre Kelly tenía que llenar dos horas, y el relato de Matheson no daba tanto de sí; pero eso es problema suyo. Si no sabe cómo convertir una historia tan corta en una película de dos horas, que la deje correr y busque otra cosa.
Cuando era adolescente, las novelas de Stephen King me tenían absorbido hasta las últimas cincuenta páginas, en las que hacían su aparición los elementos fantásticos y echaban por tierra todo lo conseguido. Supongo que esto va a gustos y habrá a quien le apasionen esos finales sobrenaturales, pero a mí me hacían perder el interés de inmediato.
Esta película me ha manejado del mismo modo tramposo que los libros de Stephen King en su momento: Tras el arranque llamativo del que ya he hablado, la historia se pierde en explicaciones estrambóticas, y, para cuando se desvela todo, te importa un carajo si el tipo interpretado por Frank Langella es San Pedro o el Capitán Trueno. No hablemos ya de lo que le pase al matrimonio protagonista, un par de...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
...egoístas (él trabajando en la NASA y ella de profesora en un colegio privado, con un solo hijo, y aún se las apañan para ir justos de dinero), que, faltaría más, aprietan el botón.
Lo peor es que nos quieran hacer pensar que todos apretaríamos el botón, aun estando en una situación tan acomodada como la de estos dos pájaros.
Podría contarles algo más de la trama, pero no darían crédito. Véanla, y seguirán sin dar crédito.
Lo peor es que nos quieran hacer pensar que todos apretaríamos el botón, aun estando en una situación tan acomodada como la de estos dos pájaros.
Podría contarles algo más de la trama, pero no darían crédito. Véanla, y seguirán sin dar crédito.