Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Chris Jiménez:
8
Acción. Bélico. Thriller Estando de maniobras, un grupo de la Guardia Nacional provoca un sangriento incidente en los pantanos de Louisiana. A continuación los miembros del pelotón van siendo exterminados por los violentos cajuns de la región... (FILMAFFINITY)
9 de noviembre de 2018
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
"¡Nosotros vivimos aquí! ¡Este es nuestro hogar y no permitimos intrusos!". Fácil de entender, ¿verdad? Es mejor no ser forastero en tierra desconocida, sobre todo en una donde sabes que no vas a ser bien recibido.
El hombre lucha por aquello que desea proteger, se defiende por su supervivencia, y el matar va con el instinto. Nueve hombres van a averiguarlo, y nosotros con ellos...

A comienzos de los '80, el sr. Walter Hill vivía su mejor momento como cineasta, tanto a nivel comercial como a nivel artístico, y de eso era culpable la celebérrima "The Warriors", que le catapultó a la fama; después de realizar su primer "western", "Forajidos de Leyenda" (aunque para él todos sus films son "westerns"), pretendería trasladar, sin éxito, dos novelas a la gran pantalla: la primera sería "The Last Good Kiss", de James Crumley; la segunda sería la novela negra de Dashiel Hammet "Red Harvest", que, cosas de la vida, terminaría adaptando dieciséis años más tarde bajo el título de "El Último Hombre".
En lugar de eso, el director rescató un borrador que había escrito allá por 1.976 y de este modo se embarcó en un proyecto junto al productor David Giler que sería distribuido por 20th Century Fox, un "thriller" de supervivencia al más puro estilo del clásico de John Boorman "Deliverance" (con el que comparte muchos puntos en común) y con la oportunidad para Hill de rodar nuevamente en las tierras de Louisiana. El encargado del guión sería Michael Kane, aunque finalmente Hill y Giler terminarían reescribiendo la mayor parte de la historia.

Así es. Nueve soldados, más bien voluntarios, pertenecientes a la Guardia Nacional de Louisiana, tienen la obligación de iniciar unas maniobras adentrándose en los bosques y pantanos del lugar; Charles Hardin, ingeniero químico de profesión y recién llegado de la Guardia de Texas, no es que se encuentre demasiado cómodo entre tanto paleto e irresponsable, sólo pensando en disparar y hacer lo que le de la gana. El sargento Crawford Poole manda en el pelotón, pero por culpa de un "descuido" los planes se tuercen para los hombres...
Spencer ha organizado una noche con unas prostitutas, y para llegar hasta ellas los muchachos tendrán que cruzar las ciénagas; la solución la tienen delante de sus narices: robar las canoas a unos lugareños que acampaban allí. El soldado Stuckey echa más leña al fuego disparando contra los pobres dueños de las barcas; sus balas eran de fogueo, pero las que los otros emplean en respuesta no lo son, y una alcanza al sargento Poole en toda la cabeza. Los hombres, que no se aprecian nada entre ellos, tendrán que arreglárselas para salir vivos de ese infierno pantanoso en el que se han visto acorralados...y es que se enfrentan nada menos que a la hospitalidad Cajun.

Esta historia, ubicada en 1.973, curiosamente un año antes de que fuese redactada la Constitución de Louisiana para preservar sus orígenes culturales e históricos, no destaca por contar con un planteamiento original, hasta toma su influencia de la mencionada "Deliverance" y del clásico bélico de John Ford "La Patrulla Perdida", sólo que sustituyendo la crítica ecologista por una clara alusión a la guerra de Vietnam y a los hombres del sargento encarnado por McLaglen en unos rudos y poco disciplinados voluntarios de la Guardia Nacional.
Lo importante de "La Presa" es cómo Hill maneja el suspense y la tensión durante la hora y media que dura el enfrentamiento entre los soldados y los cajuns. Al igual que ellos, se nos acorrala entre barro, árboles y musgo, cuyo olor se nos instala en los pulmones, la atmósfera es afixiante y el próximo estallido de violencia resulta inminente; para Hill no hay ni malos ni buenos, todos son capaces de matar y la idea única es escapar de un "enemigo" invisible y cabreado que no tolerará ser invadido. Los soldados no se gustan, pero se necesitan para salir vivos de ese pantano plagado de trampas. Brutalidad, cinismo, desconfianza y locura, el ser humano despojado de toda ética y concentrado en sobrevivir.

El director hace honor a Boorman y Ford, y sobre todo a su mentor Sam Peckinpah (el último cuarto de hora, donde se nos muestra de manera literal la furia y brutalidad inherente que puede residir en toda comunidad aparentemente pacífica, es deudor de "Perros de Paja"), para construir una fábula de intriga, acción y violencia, tanto verbal como física, con pinceladas de cine bélico y cercana al más puro terror psicológico, que podría haber sido facturada perfectamente por el Siegel de "El Seductor" o el Carpenter de "La Cosa". Gran trabajo por parte los actores, no sólo por lo que tuvieron que aguantar en un rodaje lleno de problemas y condiciones miserables, sino por sus sólidas y realistas interpretaciones.
En este campo encontramos conocidos nombres como los de Keith Carradine, Powers Boothe, Brion James, Peter Coyote y un Fred Ward realmente odioso. La música de Ry Cooder y la puesta en escena ayudan a subir la tensión y a reforzar la opresiva atmósfera planteada, los aspectos más importantes del film. Según Hill, "La Presa" fue un rotundo fracaso de taquilla, tanto en EE.UU. como en todo el Mundo. No obstante, como también él mismo admitió, era un film del que se sentía orgulloso.

Así es, puede que no sea tan conocida como las obras de Boorman y Peckinpah que he citado, que sea una cinta extraña, demasiado bruta y sólo recomendable para un público muy concreto, pero su calidad es innegable.
Una magnífica rareza cinematográfica, y de lo mejor de su director.
Chris Jiménez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow