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Voto de Chris Jiménez:
4
Terror Rebecca es una joven que es perseguida desde niña por Diana, un ser extraño que sólo puede atacar en la oscuridad. El espíritu de Diana está relacionado con la madre de Rebecca. Ahora que se está convirtiendo en adulta, Diana va a por su hermano pequeño, Martin. Adaptación del corto de 2013, "Lights Out ", del mismo David F. Sandberg. (FILMAFFINITY)
3 de octubre de 2017
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Se apaga la luz, un crujir de huesos anuncia en el rincón más oscuro la silueta de una criatura siniestramente escuálida. ¿Es Sadako?, ¿Freddy Krueger?, ¿Regan McNeil?, ¿Tomie?
Ni mucho menos. Un nuevo monstruo ha surgido de las entrañas del género del terror...

De lo que surgió, en realidad, fue de la fértil imaginación del nativo de Jönköping, David Sandberg, cuya experiencia ya la quisiéramos vivir todos los directores aficionados o aspirantes a profesionales; desde luego es el paradigma de ser humano que inspira genuinos celos a sus semejantes. Sin cabos sueltos en su historia, básicamente, tras dedicarse a documentales y animación, expresa su amor por el horror a través de cortometrajes "amateur" junto a su esposa Lotta; realiza "Lights Out" en 2.013, una pequeña pieza de estética elegante, ingeniosos trucos de cámara, efectos prácticos y un final que podría arrugar tu espina dorsal como papel de aluminio...
Presentado en festivales y con un premio a mejor director, su deseo de ir más allá sobre su monstruo que aparece en la oscuridad pero se desvanece en la luz (¿no habría visto antes la secuela de "Rec"?)...¡se hace realidad! Como al contable de "...And now for Something Completely Different" que soñaba con trabajar en televisión, aparecía Eric Idle vestido de hada, le tocaba con la varita y ya estaba en un plató, lo mismo le ocurrió a aquél gracias al productor Lawrence Grey, quien no pudo dormir tras ver el cortometraje en Internet, y decidió contactar al inefable genio del terror moderno James Wan para sacar provecho de la idea. Pero haciendo algo insólito: manteniendo al mismo director.

De hecho Lotta aparece en esa primera secuencia, aterradora, en el almacén, que es la extensión del cortometraje con más presupuesto y una técnica visual más refinada; pero lo que se aprecia en estos angustiantes minutos es que tanto pesa la influencia del terror tradicional de Sandberg como la alargada sombra del estilo de Wan, haciéndolo evidente esa manía suya de apostar por el sobresalto en detrimento del auténtico miedo, a través de trucos efectistas y forzados, de puro artificio barato de Hollywood. Mal sigue cuando la historia que me plantean a partir de este bicho de largas uñas y perturbadora voz es otro drama instalado en el seno de una familia disfuncional...
Drama en el que me introducen de golpe, con la muerte del padre de dicha familia, que ya hemos visto. Sandberg afirmaba su sorpresa al hallarse en un set rodeado de gente y usando un equipo millonario, pero pudo acostumbrarse; pero yo no me acostumbro al guión del contratado Eric Heisserer (el responsable de esa imbécil precuela/"remake" de "La Cosa"). Personajes arquetípicos y un hogar familiar configurado de tal forma que por narices tiene que resultar aterrador (lo opuesto al "j-horror", donde el miedo se infiltra de manera natural en escenarios reales).

Hay referencias a clásicos, pero se respira la esencia del cine de Wan, y llega directamente de "Insidious", sólo planteando un detalle original (para el cine occidental, claro): el fantasma estrella no está apegado a los hijos, sino a la madre, y no es exactamente una presencia demoníaca; al productor se le ocurre hacer de él parte de la mente trastornada de la madre, una Maria Bello que produce repulsión con sus encogimientos, sus temblores y su victimismo paranoico. Wan juega sobre seguro y arrastra a Sandberg: no se profundiza nada en los personajes y los conocemos con estos incidentes extraños ocasionados por el "espectro", llamado "Diana".
Son, por tanto, marionetas de la acción y el melodrama. Y es la independiente y fuerte hija mayor (Rebecca) quien debe solucionar el asunto y salvar al hijo pequeño (Martin) y a ser posible a la chiflada de la madre; se abre entonces un arco sobre su pasado y el de "Diana" no tan increíble como quieren pretender. Pasado que incluye: tratamientos experimentales, horribles manicomios, acoso, enfermedades mentales, toda una grotesca mitología en la que vale la pena adentrarse...¡pero no, tampoco profundizan en ella! Así que está claro que Wan y al parecer el director novel sólo buscan desarrollar rápido el último tramo, donde se sucederá el tan esperado espectáculo escalofriante climático.

Pero a mí no se me conquista con trucos técnicos, por muy artesanos que sean; de igual modo que Takashi Shimizu elaboró una gran mitología alrededor de Kayako, exijo eso mismo para Diana, y no dejarla en algo tan plano y poco original en una función entre "Poltergeist" e "Insidious" de puertas que chirrían, luces parpadeantes y golpes de efecto visuales y sonoros (¿desde cuándo los fantasmas tienen que hacer tanto ruido al aparecer?), y pese a un par de momentos poderosos (Rebecca en el desván con la linterna de luz negra, que tanto recuerda al cine de Argento), flota cierto aire de cachondeo premeditado que me repele.
Eso es algo que lleva afectando al film desde hace tiempo. Las reacciones exageradamente melodramáticas, los cambios de atmósfera, frases y "punch-lines" de vergüenza ajena (todas las pronuncia Gabriel Bateman con sus expresiones raras, que dan ganas de quitar a base de puñetazos) y unas ocurrencias más propias de "Scary Movie" (meter a policías en este embrollo, ¡que no saben ni resolver los problemas del mundo real!, o el espléndido instante en que Bret (éste está aquí porque tiene que estar, ¿no?) se salva usando las llaves del coche...ay, me da el infarto)...

Sin embargo el maldito Sandberg tiene pulso, filma con luz natural, sabe llevar el ritmo y al final logra que el espectáculo resulte entretenido entre carreras y sobresaltos bien calculados, por eso la película recauda trece veces más de su presupuesto y él ya tiene un lugar asegurado en la industria de Hollywood.
Aun así la película que a mí me gustaría ver es la que trata el encuentro de Sophie y "Diana" dentro de ese manicomio de mala muerte; Wan podría haber sido un poco inteligente y negociar una precuela, pero el sueco ya ni se acuerda de eso...
Chris Jiménez
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