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Voto de Chris Jiménez:
7
Comedia. Intriga Nuevas aventuras del inspector francés Jacques Clouseau, inepto detective que en esta ocasión intentará resolver el caso de una joven que ha sido acusada de asesinar a su amante. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una gran mansión, muchos habitantes y habitaciones, una noche silenciosa y, de repente, un disparo que rompe el silencio. ¿Quién es el asesino?
No, no se trata del mítico Cluedo ni tampoco de una novela de Agatha Christie...

Elegante, colorida, pomposa y divertida comedia fue "La Pantera Rosa", joya del género en aquellos incipientes años '60 que obtendría altas cifras en taquilla y que hoy es (para muchos sí, para otros ni pensarlo) un clásico indiscutible. ¿Pero por qué? Además de por contar con la hábil mano de Blake Edwards y escenarios de lujo, también tenía un reparto estelar con David Niven a la cabeza...pero no fue en él, para su descontento, sobre quien recayeron todos los halagos, sino en Peter Sellers, que por fin vería despegar su carrera gracias a su torpe y entrañable Jacques Clouseau, el inspector obsesionado con capturar al ladrón de guante blanco "El Fantasma".
Fue la estrella de la película sin lugar a dudas y ello influyó para que en Mirisch le ficharan como protagonista de la adaptación de una obra de teatro del guionista y dramaturgo Harry Kurnitz (a su vez versión de "L'Idiote", original de Marcel Achard). Curiosa sucesión de acontecimientos la que habría de suceder, porque Sellers rechazó trabajar en dicho proyecto, hasta que la productora convenció a Edwards para que lo dirigiese (quien también se negó en un principio) dándole carta blanca para reescribir la historia, lo cual hizo junto a William P. Blatty (sí, de verdad) y el mismo Sellers; tendría lugar de este modo el auténtico nacimiento de un mito de la comedia.

Porque resulta que el investigador de la obra original es reemplazado por Clouseau, quien regresa como si nada hubiese sucedido tras un final tan fatídico como el que le dieron en "La Pantera Rosa". El inspector francés de aquélla era un temprano boceto que aún no había sido definido del todo por tratarse de un mero personaje secundario; casado con un zorra intrigante e infiel, tenía el perfil de un pobre e ingenuo bobalicón que generaba el caos allá por donde pasaba, y sin embargo de lo más adorable. Edwards y Sellers lo convierten en un arrogante mentecato con muchos humos y una gran facilidad para confundir las palabras y destruirlo todo.
Este elemento es introducido en el clásico "whodunit", cuyo escenario también es sinónimo del género: una gran mansión con inquilinos a cada cual más pintoresco donde un misterioso crimen ha tenido lugar, y una "femme fatale" en su epicentro (preferentemente rubia) que no sólo será la principal sospechosa, sino que volverá loco al detective. Puede que haya un homicidio, pero a Edwards le interesa tanto el suspense como en "La Pantera Rosa", y se dedica a dinamitar el género desde ese magnífico prólogo donde una sobria cámara recorre, en plano-secuencia, todas las habitaciones de la casa al son de "Shadows of Paris" hasta finalizar con unos secos disparos.

La farsa detectivesca en todo su esplendor, un Marlowe de garrafón entrometido en un crimen que sabemos que tiene culpable desde el primer minuto (la doncella Maria Gambrelli), un callejón narrativo sin salida que hace darnos de bruces con la ilógica y el sinsentido, y todo perfectamente orquestado por Edwards. Pese a este ambiente tan sofisticado y pomposo, el director no recurre a la comedia de elegantes zurcidos "screwball" como en "La Pantera...", sino al ruidoso disparate, a la locura "slapstick", toda provocada por un Sellers incandescente que se mueve como pez en el agua.
También serán introducidos ciertos personajes alocados sacados de una viñeta que volverán en futuros títulos creando así una exitosa saga, como Cato, el mayordomo de Clouseau, quien práctica con él una interminable sesión catastrófica de karate, o el comisario Charles Dreyfus, a quien le estallará la tensión por culpa de las estúpidas ocurrencias del inspector. ¿Y qué ocurre con la trama? Nada. La trama no existe, es un "impasse" de más de una hora y media que sobre todo nos muestra las dotes de seducción de Clouseau para encandilar a Maria, a quien da vida la sensual y bellísima Elke Sommer (escogida tras Sophia Loren y Romy Schneider), por la que, en efecto, es fácil caer rendido a sus pies.

La trama que crea Edwards hace hincapié en la estupidez de su protagonista para complicar lo simple y meterse en cientos de líos (los cuales siempre acaban con él de camino a prisión); mientras tanto hace surgir ingeniosos destellos de humor negro con la aparición de cada cadáver, acercándose el film a las comedias de los estudios Ealing (al estilo de "Ocho Sentencias de Muerte" o "El Quinteto de la Muerte", también con Sellers y Lom, aunque menos negra y más disparatada). Y todo para derivar en un histérico y revelador colofón que hay que ver para creer: el epítome-apostasía de las novelas de misterio.
Tras el genial dúo que conforman Sellers y Sommer hay que destacar la presencia de un Herbert Lom soberbio para el humor gracias a su recreación de las fases de locura que atraviesa su personaje, y que será tan marca de la casa en la saga como el histrionismo de Burt Kwouk (aquel sr. Ling de "James Bond contra "Goldfinger" "). También se incorporarán, para la posteridad, los geniales André Maranne y Graham Stark, quien protagoniza junto a Sellers una hilarante secuencia totalmente improvisada sobre un par de relojes que se quedan sin pila.

Pero esas improvisaciones y esa excesiva seguridad costó a Sellers más de un disgusto con el temperamental Edwards, tanto que ambos juraron no volver a trabajar juntos (gracias a Dios esto no sucedió...).
Adornada con una puesta en escena vibrante y una impecable banda sonora a cargo de Mancini, "La Pantera Rosa" fue sin duda una gran película, pero "A Shot in the Dark" define con todo lujo de detalles el "universo Clouseau" instaura una nueva forma de entender la comedia en la década...y si alguien lo duda que preste atención al episodio de la colonia nudista.
Chris Jiménez
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