Ya el comienzo nos previene sobre la dureza de lo que vamos a ver, al paso del ejercito vencido abandonando tierras danesas, y el principio de un film sorprendente y diferencial con otros que han tratado la Segunda guerra mundial, BAJO LA ARENA es un ejercicio de buen cine.
Y el encargado de ello es MARTIN ZANDVLIET, el cual nos sumerge en un episodio casi desconocido, en el cual soldados alemanes prisioneros, al final de la contienda fueron utilizados como conejillos de indias, para limpiar las playas de las minas, que previamente sus compatriotas habían puesto.
Estos jóvenes-niños protagonistas involuntarios, junto con el personaje de ROLAND MOLLER son el sustento principal de esta epopeya, anti belicista la cual esperemos remueva conciencias y nos invite a reflexionar sobre el horror de la guerra.
Apasionante, épica, muy dolorosa película que nos recuerda que aún el séptimo arte puede ser algo más que puro entretenimiento.