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Voto de José Luis:
8
Drama. Romance Madrid, otoño del 2002. Pablo López es un tipo normal. Tiene treinta y tantos años, trabaja en un banco de inversiones y está harto de todo. Un lunes, a las 9 de la mañana, en un atasco en pleno centro de la capital, su coche se empotra contra el descapotable Sonsoles, la chica más excéntrica de Madrid, que lo mete en un lío monumental con la policía y el seguro. Así que Pablo, para hacer más llevadero un otoño tan tedioso, decide ... [+]
7 de enero de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mejor, en mi opinión, ver la película antes de la lectura de la novela de Lorenzo Silva. Nos encontramos en las antípodas de “La muerte en Venecia”, de Thomas Mann, y que Visconti “intentó” plasmar en su exitosa película. Pablo López (me refiero ahora a la novela de L.Silva) es un “bolchevique” rudo, escéptico, con una visión despiadada y cínica del mundo. Un auténtico salvaje urbano. Le fascina una fotografía de las cuatro bellas hijas del zar Nicolás II, asesinadas por los bolcheviques en la madrugada del 18 de julio de 1918 (ya sabemos que sólo se encontraron los cadáveres de tres de ellas, quedando en suspenso hasta nuestros días el misterio de Anastasia) Ante la belleza de estas adolescentes, Pablo intenta meterse en la piel del bolchevique encargado de asesinarlas: ¿Qué sentiría, viendo esa frágil belleza, sobre todo de las pequeñas (María tenía 19 años y Anastasia 17)? Pablo está seguro de que el bolchevique viviría un auténtico drama entre la atracción por la belleza y juventud de sus víctimas y su obediencia al mandato de sus superiores. Esa “flaqueza” es la que tiene, en cierto modo, obsesionado a Pablo. Y cuando un día encuentra a María, una adolescente a medio camino entre la inocencia y la perversidad, su vida empieza a cambiar. Porque esa “flaqueza” lo va transformando poco a poco, lo va despojando de su bestialidad, lo va haciendo más y más humano. Es el camino inverso al proceso que Thomas Mann describe en su novela: Gustav Aschenbach ha dedicado su vida a buscar la belleza como camino hacia el espíritu (tal como se plantea en la filosofía de Sócrates-Platón) El resultado tiene que ser esa elevación moral del ser humano, porque para Platón, la belleza (como la utilidad, la justicia, etc.) es un camino para el Bien, con mayúscula. El adolescente Tadzio impactará brutalmente en el espíritu sensible de Aschenbach, en un fondo de suciedad y decadencia de la Venecia abocada a la peste. Y se produce la “caída” del escritor. La pasión por el joven le hará abdicar de todo sus principios morales. La muerte será la derrota en la miseria. El “bolchevique” Pablo recorre un camino inverso al de Aschenbach. La inocente malicia de María va conduciéndolo hacia una humanización, le va arrancando las costras de dureza. Impresionante el final de la novela, que no desvelo. ¿Y la película? Quizás no describa las claves de la novela de un modo completo, porque el lenguaje de Lorenzo Silva (magnífico, y magníficos los diálogos) es muy difícil de trasladar al cine. Coincido con los críticos en la notable actuación de Luis Tosar y el maravilloso descubrimiento de María Valverde. Aunque me encantó la novela, confieso que la película me parece valiente, original y de calidad. Como se ha dicho acertadamente, “no es de esas películas que olvidas fácilmente a la media hora de verla” José Luis (Sevilla)
José Luis
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