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Voto de Adrián Gómez:
5
Comedia Cuarta entrega de las aventuras del casposo policía José Luis Torrente. En esta ocasión encontramos a nuestro (anti)héroe en una situación delicada. Tras varios intentos fallidos de llevar una vida digna (como si eso fuese posible), decide aceptar un peligroso encargo que le hace un viejo conocido. (FILMAFFINITY)
15 de marzo de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva película de la saga de Torrente viene precedida de una trilogía muy taquillera, de una promoción muy bien cuidada y de una expectación emergida de la suma de los dos conceptos anteriores.

De la primera entrega, Torrente, el brazo tonto de la ley (Santiago Segura, 1998), se podía entrever la crítica a un modelo de español recurrente, tópico y existente como tal en la cultura cañí de donde procedía el personaje. Las críticas se llenaron de adoradores y detractores del policía fascista y corrupto. Gracias a los primeros, Santiago Segura pudo firmar dos partes más, que gustaron más o menos, además de llenar las arcas de su productora creada para tal caso.

Pero… ¿qué significa Torrente 4: Lethal Crisis? La gente que fue al cine a ver a Torrente en 1998 sabía que iba a ver las andanzas de humor negro de una caricatura española. La gente que va al cine a ver a Torrente en 2011 va a ver una macedonia de caras conocidas. La historia es lo de menos. Utilizando el mismo cebo que los especiales musicales de fin de año de los magacines de televisión y una extraña mezcla de lo que fue el primer Torrente y lo que son las deleznables películas yanquis cuyo título acaba en Movie, Santiago Segura quiere que disfrutemos reconociendo caras conocidas y guiños a aspectos de nuestra cultura popular.

Lo que significa esta cuarta entrega es que nuestra cultura popular ha mutado. Desde la primera a la cuarta ha habido una paulatina evolución que ha llegado a su apogeo. En la primera entrega eran caras conocidas del mundo del cine, generalmente, las que iban despertando nuestros recuerdos. Si entonces eran Javier Bardem o Manuel Manquiña los que nos hacían señalar a la pantalla, mirar a nuestro compañero de butaca y decir: “mira, es…“, ahora se ha mezclado todo y es Belén Esteban o Risto Mejide quienes forman parte de las apariciones estelares. El mundo de la televisión y la cultura multipantalla han hecho que sintamos una insana curiosidad por ver mezclados bajo una misma excusa a grandes clásicos (Juanito Navarro, Fernando Esteso…), a nuevas promesas (Carlos Areces, El Langui…), a grandes actores (Tony Leblanc, Enrique Villén…), a los padres de la caspa (Carmen de Mairena, Octavio Acebes…), a profesionales de la televisión (Andreu Buenafuente, El Gran Wyoming…), al corazón (Belén Esteban, María Patiño…), al porno (María Lapiedra…), al deporte (Sergio Ramos, Kun Agüero…), a la música (David Bisbal, David Summers…), a Internet (John Cobra…) y a la televisión en todas sus variantes (Risto Mejide, Pablo Motos, Mari Cielo Pajares…). El popurri de la cultura de sofá y merienda metida dentro de una “obra de arte” en la que parece que se lo toman en serio.

Olvídense de prejuicios de cualquier tipo, acomódense como buenamente puedan en sus butacas y prepárense para el festival de sketches de una película que dignifica la cultura de lo simple. Lo pasaréis bien.
Adrián Gómez
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