Parecía inconcebible que tras dos rotundos éxitos como "Lock & Stock" y "Snatch. Cerdos y diamantes" Guy Ritchie hiciera esa bazofia llamada "Barridos por la marea". Ha sido una larga espera que algún usuario llamó acertadamente "El síndrome Madonna" y que dejó aletargado y casi inútil para el cine a este gran cineasta llamado Guy Ritchie.

No es "RocknRolla" tan buena como sus dos primeras películas, pero vaya, ya está bien. Ritchie vuelve a sus orígenes, a los estafadores de poca monta, a las casualidades y coincidencias desafortunadas y al ritmo frenético que deja sin aire a los protagonistas y al espectador. Ritchie pensaba que podía ser un RocknRolla estando casado con Madonna, quería el lote completo y casi muere de sobredosis de fama por estar con una mujer fatal.

Ritchie está liberado y coincide su separación con un film que da que hablar, que entretiene y que perdura -pese a lo que digan algunos críticos- porque "RocknRolla" tiene personajes que hacen que este film sea sencillamente cojonudo. Uno Dos (Gerard Butler) es un personaje descarado y divertido, un mafiosillo de poca monta de los que agrada ver en pantalla, pero es Archie (Mark Strong) el que se come la pantalla, el perfecto matón de Lenny Cole (Tom Wilkinson), el mafioso con más contactos de Londres.

Ya era hora Ritchie, la espera ha sido larga. Esperemos que su trayectoria sea ascendente y que no regrese a las cavernas cinematográficas.