Bueno, la verdad es que no se como empezar a escribir sobre una de las películas más rarísimas que hayan pasado frente a mis ojos, dirigida por E. Elias Merhige, un extraño director que dicho sea de paso esta casi desaparecido desde hace algunos años sin haber hecho ningún proyecto fílmico importante.

Posiblemente habrá quienes le encuentren "sentido" a las distorsionadas secuencias que vemos pasar una tras otra y quien sabe, tal vez lo tenga, pero creo que existen mejores (y más sutiles) formas de expresar ideas o pensamientos relacionados a la creación misma, sea esta artística, religiosa o mística, o incluso experiencias cercanas a la muerte, sin embargo creo que este "experimento" no es más que eso, un sencillo experimento audiovisual que intenta despertar todo tipo de emociones en el espectador, a través de explorar imágenes (planteadas a propósito) de un modo aberrante e inquietante, casi que deformadas y distorsionadas para confundirlo y atemorizarlo. Dicho de otro modo, hacerlo sentir mal de principio a fin. Si ese era el objetivo, pues misión cumplida estimado Elias.

En lo personal creo que no hay que buscarle sentido (o importancia) a algo que no lo tiene y que busca generar el simple y llano morbo y controversia fácil a como de lugar. De ese tipo de películas actualmente se estrenan cada semana en la "Deep Web", uno más sórdido que otro, eso si hay que aclararlo.

Lo curioso del asunto es que ponen los nombres del reparto, aunque nunca se puede distinguir sus rostros entre tanta sombra borrosa que se mueve y luz desenfocada que no permite distinguir ni siquiera lo que están haciendo, peor aún porque lo hacen.

Este film confirma aquello de que a cualquier cosa llaman "película de culto". Y el 2 es porque, por imposible que parezca, hay cintas peores.