Siguiendo la estela visual de películas, alguna ya casi de culto, como 300, como Sin City; siguiendo también la carga de violencia de estos filmes; siguiendo, por supuesto, la adaptación a cine de un cómic. Esto es lo que es Polar, un seguimiento con escasa originalidad de este tipo de películas mencionadas, esas dos en concreto, bastante más potentes tanto en lo visual, en la carga violenta de sus escenas y en que están mejor adaptadas. Es interesante porque está bien rodada, hay medios detrás y eso se nota. Mikkelsen, impertérrito, impasible, quizás se pasa en su economía de gestos, no hace falta tanta contención para ser un tipo duro. El resto de reparto está en su sitio, con un irreconocible Richard Dreyfuss. Lo más atrayente de la película son sus escenarios, esa búsqueda del thriller o la novela negra nórdica que sí que logra, tanto en su parte visual como en su ritmo. Lo peor, sin duda, es su falta de originalidad, todo se adivina, la sorpresa no existe en ningún momento y parece que sabemos exactamente qué va a ocurrir. Además, esto es muy personal, lo sé, le falta algo de sexo y le sobra algo de sangre. En cualquier caso, se ve con mucha facilidad, al menos la primera hora larga. Algunos minutos le sobran eso es cierto.