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Voto de Natxo Borràs:
1
Comedia. Ciencia ficción A la Tierra llega una nave espacial, dejando abandonado a un ser extraterrestre. Éste se encuentra con un niño con el que entabla amistad. Parodia de la película "E.T., el extraterrestre", de Steven Spielberg.
12 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de la ya mítica “E.T, el Extraterrestre” (1982) de Steven Spielberg hubo quien no tardó de rodar alguna versión similar o parecida sin que necesariamente se tuviera que captar el espíritu bonachón de una película que aún sigue cautivando a millones de espectadores.

En España se dieron dos ejemplos muy claro de lo que no se debía hacer cuando se producía un fenómeno que combinava extraerrestre con niño con lágrimas y efectos especiales. A años de luz (técnicamente hablando) tenemos “Los Nuevos Extraterrestres” (1982) de Juan Piquer Simón, un pretencioso y mediocre ejercicio tan explotador como dificilmente exportable que no llegó a la altura ni de ser una modesta producción de serie Z.

Pero con más mala saña y, dicho está, irremediable cachondeo nos llegó “el ETE y el OTO” (1983) de Manuel Esteba con los hermanos Calatrava de protagonistas y poniendo nota a una tan risible como infumable aproximación en clave de parodia de la que no poco se habló. Inclyso llegó a insinuarse que su director se adelantó en su momento a la gran mayoría para ver el film de Spielberg en los Estados Unidos y rodar aquí su versión de cuatro duros.

El dúo de hermanos humoristas y músicos conocidos como los Hermanos Calatrava ya habían participado en un par de películas cómicas (Horror Story; los Kalatrava contra el Imperio del Karate) en los años que gozaban de una tremenda popularidad entre el público que no se perdía sus “shows” e improvisaciones en directo. Provenientes de un pueblo de la província de Badajoz llegaron a Barcelona a mitad de los años cincuenta y pronto se dieron a conocer por su imagen de feo y guapo en la escena. Sus números, entre musicales y humorísticos han quedado relegados actualmente a un segundo plano.
Natxo Borràs
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