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Voto de Natxo Borràs:
7
Drama. Romance Ambientación del mito griego en el carnaval de Río de Janeiro. La bella Eurídice visita la ciudad brasileña en vísperas de su famoso carnaval, invitada por una prima que vive en los arrabales. Hasta allí llega en un tranvía cuyo conductor, un guitarrista llamado Orfeo, queda prendado de sus encantos. Sin embargo su relación se verá empañada por las sospechas de su celosa novia. (FILMAFFINITY)
9 de octubre de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Marcel Camus, director francés que dio más preferencia a los escenarios exóticos que a tener en cuenta las historias que planteaba, rodó su film más conocido en el marco de ese Brasil carnavalesco que aún no conocía el mundo entero y que se convertiría en el gran y bello escenario paisajístico, desde el panorama de las coloreadas y pintorescas “ favelas” y en que se desencadena el mito de Orfeo como transfiguración contemporánea del mito clásico. La historia (basada en el musical de Vinícius de Moraes "Orfeu da Conceiçau") se repite en una procesión de samba, bossa nova, color y una fantástica ambientación de un Rio de Janeiro que, desde una perspectiva actual, desconoceríamos sino fuese por la omnipotente presencia de símbolos como el Pan de Açucar o el Cristo del Corcovado (cuyas presencias apenas se aprecian en fugazes segundos planos pero que justifican la veracidad que tenia Camus de poner en escena unos realistas panoramas de postal).

Orfeo (interpretado por Breno Mello, un ex-futbolista que llegó a coincidir con Pelé en sus mejores épocas en el terreno de juego) es en ese marco pre-carnavalesco, un conductor de tranvías que, comprometido con Mira (Lourdes de Oliveira) invita a la bella Euridice (Marpessa Dawn) a subir hasta el último trayecto donde apoyada por Hermes (Alexandro Constantino) y cobijada en la casa de su prima Serafina (Léa Garcia ) propiciará un inevitable reencuentro entre ambos, y en un telón de fondo amenizado intermitentemente por el baile y la música como apasionado cobijo de una historia de amor creciente durante la larga noche que les espera.

Inevitablemente el mito se repite. La Muerte, representada entre el jolgorio y el bullício que se desencadena en plena madrugada, y que arrebatará el destino de sus protagonistas, es un actor más en esa coreografía de samba y color. Camus, en algunas imparables secuencias del baile desenfrenado iniciado desde el minuto cero de película, expone sin reparos, la esencia de la música brasileña. El film obtuvo notoriedad en ese aspecto ya que dió a conocer la cultura y el folclore brasileños, ganando la Palma de Oro en el Festival de Cannes y el Oscar a la Mejor Película Extranjera, por Francia lo que parte del equipo técnico y del repertorio de la película, de origen brasileño, mostró su descontento. Eso repercutió de que en Brasil la cinta tuviera una tibia acogida en su estreno, no así en el resto del mundo.
Natxo Borràs
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