Desde el momento en el cual llego a los cines de una manera sigilosa, algunos notaron el gran esplendor de dicha película que en cierto caso hicieron que cada persona reflexionara en cada momento y cada escena, dando como resultado una obra maestra por parte del director japonés Yojiro Takita en una de sus mejores direcciones nos hace reflexionar en las emociones que nos provoca el ver morir a alguien y en decirles su ultimo adiós, además de la felicidad que tenemos al saber que estará en un mejor lugar, nos deja sin palabras, con un nudo en la garganta y con una sonrisa en la cara.
Cabe resaltar las actuaciones de Masahiro Motoki como Daigo, un músico que al ser disuelta su banda, busca empleo y por cosas del destino termina en una funeraria, además se ve afectado por las personas que critican su propio trabajo pero ese es un trabajo en el cual el descubre al igual que nosotros el gran respeto que le tenemos a las personas vivas y muertas, además que con un buen compas de la banda sonora nos hace ver como hace su trabajo, las emociones que provoca su trabajo y la felicidad de algunas personas, y con un final en el cual el perdón hacia su padre se torno en el momento más conmovedor de aquella película ganadora con justicia el academy award y siendo para mí una de las mejores películas en habla no inglesa y dándonos a conocer la felicidad de vivir.