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Voto de Francesca:
6
Drama Primera Guerra Mundial (1914-1918). Una obra sobre la camaradería y las relaciones humanas que retrata el día a día de unos prisioneros franceses en un campo de concentración alemán durante la Gran Guerra. Nada más llegar al campo, dos oficiales de la aviación francesa se enteran de que sus compañeros de barracón están excavando un túnel para escapar de allí. (FILMAFFINITY)
13 de diciembre de 2013
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los oficiales alemanes cachean a los prisioneros. El aristócrata capitán Boeldieu protesta cuando le registran:
- Lo siento, capitán, debemos cachearlos. ¡Es la guerra!
- De acuerdo, pero se puede hacer cortésmente –replica el capitán francés.

Los soldados abren los paquetes recibidos, uno de ellos, comenta con admiración:
- Me sorprende la honradez de los carceleros que nos entregan las cosas.

Cuando se sientan a la mesa, los prisioneros franceses parecen encantados:
- Nunca he comido mejor en mi vida –exclama uno de ellos mientras se sirve foie gras, sardinas marinadas u otras delicias.

Estas frases resumen bien el ambiente en el campo de prisioneros: ¡parece un campamento de vacaciones! Todos están bien alimentados, sonrientes, de buen humor, bien vestidos, los alemanes les tratan bien. ¿Se puede pedir más?

Todo baña en un ambiente de ingenuidad, camaradería, generosidad, incluso entre enemigos. A Jean Gabin no se le va la sonrisa de los labios, haciendo incluso (como casi siempre) sus observaciones irónicas. Surge además una historia de amor…. Pero ¿cuánto hay de verosimilitud en esto?

Aunque quizás esa es la cuestión: abogar por el buen trato, la civilidad y el respeto, incluso entre contrincantes. Esa es la gran ilusión, supongo; “ilusión”, en el sentido de algo que nos llenar regocijo y, a la vez, ilusión en el sentido de que es una fantasía. Como contrapartida, La noche más oscura (Kathryn Bigelow, 2012), por curiosidad, para mostrar en el cine una visión diferente de cómo es estar en el campo contrario (los islamistas a mano de los americanos). ¿Qué es más real?

Es cierto que la Primera Guerra mundial comenzó con entusiasmo (los soldados marchaban con una flor en el fusil). La percepción cambió completamente a partir de la batalla de Verdún, que en dos años produjo medio millón de víctimas entre alemanes y franceses.

En definitiva para cintas bélicas, más creíbles por ejemplo, Senderos de gloria (Stanley Kubrick, 1957), Platoon (Oliver Stone, 1986), incluso Operación Birmania (Raoul Walsh, 1945), etc.

Pero quizás, para contundencia (¿e ingenuidad?), la afirmación de Kant: “La razón (…) enuncia su veto inapelable: no debe haber ninguna guerra; ni entre tú y yo en el estado de naturaleza, ni entre nosotros en cuanto Estados”.

Escenas curiosas:
- Los soldados franceses han preparado una representación teatral (con ropa traída ex profeso); asisten también los oficiales alemanes en un ambiente jovial. De repente, se interrumpe la representación con un anuncio: las tropas francesas han tomando Douamont. Gran alboroto; los franceses entonan La Marsellesa y los oficiales alemanes abandonan la sala con dignidad y en silencio.
Francesca
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