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España España · bilbao
Voto de ernesto:
8
Fantástico. Aventuras. Acción "El Hobbit: La Desolación de Smaug" continua la aventura de Bilbo Bolsón en su viaje con el mago Gandalf y trece enanos liderados por Thorin Escudo de Roble en una búsqueda épica para reclamar el reino enano de Erebor. En su camino toparán con multitud de peligros y harán frente al temible dragón Smaug. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Era difícil que llegados a este punto Peter Jackson pudiera sorprender siquiera mínimamente con su acercamiento al universo Tolkien. Tras nueve horas de El señor de los anillos y casi tres de la primera parte de El Hobbit parecía que, al menos en su aspecto visual, era imposible que nada novedoso pudiera llegar a nuestros ojos. Y tengo que reconocer que El Hobbit: La desolación de Smaug me ha proporcionado algunos de los momentos visualmente más inesperados y deslumbrantes de todos cuantos Peter Jackson ha llevado a la pantalla grande bajo el amparo de la Tierra Media. Es verdad que la película vuelve a ser una sucesión de grandes secuencias de acción que funcionan de manera soberbia de forma independiente, pero que no conforman un conjunto dramáticamente tan sólido como el de la saga de los anillos, pero aun así es difícil no rendirse ante un espectáculo tan vibrante como el que ofrece esta película en su proyección en 3D.
La historia de El Hobbit: La desolación de Smaug continua con la andanzas del grupo de enanos que en compañía del hobbit Bilbo Bolsom y el mago Gandalf siguen con su accidentado camino hacia la Montaña Mágica. Tras un breve prólogo en el que nos ponen en antecedentes, el grupo empieza pronto (esta vez no hay necesidad de presentaciones) con sus trepidantes aventuras. Uno de los momentos más brillantes es el ataque de las arañas mientras los enanos tratan de atravesar el Bosque Negro construido por los elfos. Precisamente son estos los que acuden al rescate del grupo, aunque los capturan como prisioneros. Ahí entra en escena Legolas, un viejo conocido de El señor de los anillos, pero sobre todo la elfa Tauriel que, bajo los rasgos de Evangenine Lilly, se erige en la segunda gran protagonista de esta segunda aventura. Esta parte de la historia culmina con otro de los grandes espectáculos de la película como es la huida en los barriles, una auténtica gozada repleta de imaginación que traslada al espectador a un parque de atracciones vertiginoso y divertido. El siguiente punto fuerte del relato llega con la llegada de los enanos a la Ciudad del Lago, otro prodigio visual que eleva a esta segunda entrega de El Hobbit muy por encima de lo que se podía esperar de ella.
Entre tanto las andanzas de Gandalf, separado del grupo, rompen un poco con el ritmo de la película, ya que se trata de la parte más confusa y menos interesante de la historia, por más que el director consiga en las secuencias en Dol Guldur algunos de los planos más bellos que se puedan recordar.
La película culmina con un imponente final en las entrañas de Ereborn, donde entra en acción el que, sin duda, será recordado como gran protagonista de la saga, el dragón Smaug que guarda bajo su inmensidad el tesoro arrebatado a los enanos mucho tiempo atrás. El espectáculo aquí alcanza cotas asombrosas que transforman la película en un deleite continuo.
Obviamente he resumido aquí los mejores momentos de la película, y que a mí me han llevado a un estado de euforia inesperado, pero el relato está salpicado de muchos otros detalles que enriquecen (o no) la narración, en la línea de la primera aventura. Pero son estos que he señalado los que hacen que esta sea una aventura diferente y especial.
El trabajo de Peter Jackson es tan excesivo y abrumador como era de esperar y esto no siempre beneficia al ritmo de la historia. Pero hay que reconocer que cuando acierta, y aqui lo hace unas cuantas veces, acierta de verdad.
Más allá del prodigio de las 3D, de la perfección de los efectos especiales, o de la apabullante banda sonora, me gustaría destacar aquí un trabajo de dirección artística absolutamente arrebatador, rebosante de imaginación y que en las escenas de la Ciudad del Lago alcanzan cotas inolvidables, y que ha sido injustamente olvidado en las candidaturas al Oscar de este año.
Es probable que si vuelvo a ver algún día esta película en la pantalla de la televisión el entusiasmo se reduzca algún punto, pero de momento la película ha superado mis expectativas.
ernesto
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