¿Como conseguir un documental entretenido con una exposición de datos tan monótona? Pues ese sería el acierto de Una verdad incómoda. Después de ver documentales arrolladores como los de Michael Moore, esto es como ver crecer las plantas. Pero aun así lo que se cuenta es tan interesante que uno no desconecta en ningún momento. Se dan datos que ponen los pelos de punta. Ese contraste entre imágenes del pasado reciente y la actualidad, en algunos puntos de la Tierra, es para preocuparse seriamente, más allá de que los datos que se den puedan resultar más o menos ficticios.
Al Gore lo explica todo de forma clarísima, todo se entiende perfectamente y eso se agradece mucho. Si es verdad que la presencia de Gore en el documental es excesiva aportando momentos personales, tanto de su vida privada como política, que no se si encajan muy bien en el conjunto.