Así de claro, me declaro fan de este hombre. Cuatro películas al año, a un nivel nada desdeñable, no merece menos. Pero vamos al lío. La película que nos ocupa, un adaptación al manga —que no he leído— de Terra Formars, me ha hecho disfrutar como a un enano, como aficionado a la ciencia ficción que soy. En este filme, Miike, como suele ser costumbre en él, va a por faena; aquí se trata de pasarlo bien, y el director nipón pasa bastante por alto los convencionalismos para hacer lo que mejor se le da, es decir, cine de entretenimiento, puro y duro, del que, más que intentar contentar a la crítica, quiere hacer disfrutar al espectador, visualmente atractivo, sin pretensiones, puro espectáculo sin límite. He visto otras películas de Miike, algunas... como decirlo... algo más espesas y deudoras de David Lynch, como Visitor Q, pero lo que estoy viendo ahora (La espada del inmortal, Yakuza apocalypse, Trece asesinos, As the Gods Will...) me está devolviendo el puro disfrute por el cine.
Lo llaman el Tarantino japonés, pero yo lo veo más como una especie de mezcla entre Carpenter y Rodríguez, con algún ramalazo a lo Lynch.

Ya tengo ganas de ver Jojo's Bizarre Adventure, otro Live action de los suyos que, de bien seguro, me hará disfrutar tanto o más que Terra Formars.