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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Drama. Romance Drama de infidelidad entre dos adultos cuyas respectivas parejas no les prestan mucha atención. El arquitecto Larry Coe, casado y con dos hijos, se siente atraído por Margaret Gault desde el momento en que la ve en la parada del autobús escolar. El hijo de Margaret es compañero del hijo menor de Larry. Margaret admira a Larry desde que vio en una revista la casa por la que le dieron un premio. Y también se siente atraída por él. La ... [+]
13 de diciembre de 2016
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
244/13(12/12/16) Sugerente melodrama del realizador Richard Quine, un relato nada original, el núcleo es una infidelidad como las hay millones entre casados, lo que la hace destacable es el modo en que se cuenta, la delicadeza y elegancia con que son tratados todos los personajes, la carga de profundidad contra las clases acomodadas, que faltos de alicientes en sus ordinarias vidas buscan la chispa fuera de sus casas, la sensualidad y magnetismo de Kim Novak, la fuerte personalidad de un gran Kirk Douglas, un tremendo y sibilino Walter Matthau, un maravilloso libertino Ernie Kovacs, y una delicada y encantadora Barbara Rush, apoyados en una ambientación excelente, componiendo un marco idílico, una edénica urbanización clásica de la “american way of life”, con sus jardines bien cuidados, y sus elegantes interiores, como dice todos los matrimonios son felices con dos hijos (lo dice cínicamente). Evan Hunter guioniza su propio y homónimo libro, ahondando en la infelicidad existencial cuando tienes todo lo que desea, penetrando en la felicidad artificial que da el morbo de una relación extramarital, de vivir a través del deseo, en los sentimientos de culpa que esto acarrea, de cómo tras las fachadas de felicidad artificial que hay en la clase media se esconden frustraciones y anhelos de escapar a la rutina, tema el de la infidelidad valiente para la mojigata USA de entonces, tratando el adulterio de modo maduro, donde no hay malos y buenos, todos son víctimas.

Es un relato muchas veces contado, un argumento que huele a telenovela, pero lo que la hace reseñable es la dirección maestra de Richard Quine, fue siempre un tipo con una sensibilidad especial para retratar las complejas relaciones humanas, sabiendo exprimir sus ambigüedades, sus contradicciones, sus frustraciones, y esta cinta es prueba de ello, surtiéndose de un guión que delinea de modo espléndido a los personajes, con diálogos deliciosos, incisivos, punzantes, creando situaciones de fuerte carga emocional, con grandes simbolismos visuales, desarrollada de modo sereno, que no lento, narra fluidamente la infidelidad, de forma natural, sin juzgar, haciendo brotar la ternura entre ellos para desembocar en el deseo carnal, muestra con habilidad como los adúlteros viven con sus parejas un tanto infelizmente, personajes en crisis, ante encrucijadas vitales, cada uno a su modo, él sin interés de su esposa por su trabajo (del que es su gran amor), y ella con un marido que no siente pasión alguna por ella, por muchos esfuerzos que esta haga, o es impotente o gay, no queda claro, para de este modo ser este desengaño hogareño el caldo de cultivo para la promiscuidad, haciendo que empaticemos con la pareja protagonista sintamos su pasión, sus insatisfacciones y sus dudas. Relación delicada regada de miradas, insinuaciones sutiles, y de besos lujuriosos. Curiosamente para un drama de carácter íntimo se filmó en pantalla ancha, esto inteligentemente Quine lo utiliza para enmarcar a la pareja de infieles, para hacerlos más grandes y más solos, con grandes planos de ellos juntos, acentuando la sensación de ser ellos solos en el mundo (al menos lo que ellos querían), reforzando la impresión de melancolía que envuelve la historia.

Como ya he dicho hay simbolismo en la trama, el más evidente es del paralelismo entre la construcción de la casa de Roger y el del romance furtivo, de cómo la pasión brota entre Larry y Maggie, a la vez que se hace una alegroría sobre la pasión idealizada que impregna el protagonista en la construcción, algo único y diferente, el icono de su amor, su amor carnal durará lo que la edificación de la residencia. La casa realmente se construye a la vez que se rueda, de hecho al parecer era de Richard Quine, como pago de la producción por la realización del film, y como en un juego de espejos, Quine allí tenía pensado vivir con su gran amor, Kim Novak. Co-diseñada la vivienda por el director de arte Ross Bellah y el arquitecto Carl Anderson. El director estaba muy enamorado de Kim Novak, y se nota en el modo de filmarla, con extrema delicadeza, con que sensualidad toma su espalda, el escote dejando ver su excitante sujetador negro, o en el primer beso (fuera de plano) de Larry a ella, toda de rojo, dejando ver su excitación con los pezones erectos (menudo gol a la censura), vemos además como pierde el control cuando se le cae el bolso, muy sensual. Y es que la cintra a pesar de estar todavía bajo el censor Código Hays, ejemplo lo de los dormitorios de matrimonio con dos camas individuales, o que en el film un personaje (hombre o mujer) no pueda besar a más de uno, antinatural, pues vemos a Larry besar a su pareja infiel, pero no lo vemos con su esposa, pero aún así la cinta deja entrever intensidad sexual, erótica subliminal recorre los fotogramas, el intento de seducción (en vano) a su esposo frígido o gay, con el sujetador minúsculo al aire, o el susodicho momento de los pezones de punta, o el intento de seducción de Félix, desgarrador como suelta el pelo a Eve, nunca este simple acto fue más agresivo,

Kirk Douglas demuestra que no solo era enrome en los films de acción y aventuras, era también un coloso en la intimidad, trasladando con sutilidad emociones, sabiendo mostrar un arco de desarrollo creíble y gradual, ello con frescura, con una mirada cristalina, con silencios expresivos, con una sonrisa partida, magnífico, demostrando pasión e idealismo. Kim Novak es una belleza espectacular, arrolladora en su frialdad, una dama de hielo, una cuasi-femme fatale, pero lo siento, siempre me ha parecido muy hermosa, pero como actriz pésima, no es capaz de demostrar sentimiento alguno, siempre tiene el mismo gesto impertérrito en el rostro, nada parece afectarle, lástima que su química con el gran Kirk sea escasa, pues el parece amar un tempano. (sigue en spoiler por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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