265/20(18/08/11) Entretenido film de animación del realizador de la trilogía Ice Age, Carlos Saldanha, que hace un homenaje a su ciudad natal, visualmente es apoteósica pero que en su trama camina por mil y un clichés, todo en su desarrollo huele a muy usado, todo está salido de un molde demasiado usado, lo de un animal que se sale de su entorno y choca con un mundo extraño original no es, pero esto le suple en todo lo que no tiene que ver con el guión, en su estética. La belleza de las imágenes es abrumadora, es una explosión de tonos que desborda la pantalla, secuencias de una coreografía de colores fascinantes, escenas aéreas de Río que son uno de los mayores reclamos turísticos que haya tenido esta ya de por sí turística urbe, tomas de un realismo titánico, donde sientes que eres tu el que rodeas volando el Cristo del Corcovado. Su argumento es tan simple como el mecanismo de un martillo, Blu es un guacamayo que por casualidad ha ido a parar a un lugar muy lejano de donde vivía, a la fría Minnesota en USA, a manos de Linda, allí Blu disfruta de las comodidades de la civilización, y no echa de menos volar, por lo que no ha aprendido, hasta que un día aparece un naturalista brasileño, Tulio, que convence a Linda para viajar a Río para que junto a Jewell, otra guacamayo, procreen, pues estos son los dos últimos ejemplares de su especie, una vez en la ciudad en carnaval, unos traficantes de animales roban a los dos, con lo que se desencadena una búsqueda contrarreloj. La cinta se desarrolla por unos cauces muy infantiles, se nota no se trata de un producto Pixar con el que suelen disfrutar grandes y menores, los humanos de la cinta son tan simples que rozan la idiotez, y los animales evolucionan tan linealmente como puerilmente, por cierto los macacos son ultradivertidos pero no son más que una copia de los pingüinos de Madagascar, los números musicales no estorban pero tampoco entusiasman, la ciudad resulta tan idealizada como un folleto turístico, no hay rastro de las muchas miserias que esconden las favelas por las que se mueven, lo mejor sin duda, su vigoroso ritmo, un cadencia trepidante que no te da respiro, donde la acción no da tregua, esto hace que sus evidentes carencias a la hora de construir personajes con personalidad se escondan un poquito, así como reseñable es su optimista atmosfera que teja un poso agradable de buen rollo, aunque rozando la candidez. En definitiva, un espectáculo estético-visual apabullante pero con un enclenque guión, donde la ves, te entretienes y la olvidas. Fuerza y honor!!!