Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
6
Intriga. Thriller. Comedia En un país centroeuropeo, el tren Transcontinental Express sufre un gran retraso a causa del mal tiempo. Los pasajeros pernoctan en un pequeño hotel, donde Iris Henderson entabla conversación con una vieja institutriz inglesa, la señora Froy. Poco después de reanudar el viaje, Iris se da cuenta de la desaparición de la anciana, pero los demás pasajeros afirman que su amiga no existe y que ella ha sufrido una alucinación. (FILMAFFINITY)
21 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
122/05(06/10/18) Entretenida pero envejecida penúltima realización británica de Alfred Hitchcock antes de dar el salto a USA (la última fue “Jamaica Inn”), cinta de aventuras, intriga, drama, suspense y regada con un fino humor británico (también muy arrugado). El guión de Sidney Gilliat (“Secreto de estado”), y Frank Launder (“Geordie”), basado en la novela de 1936 The Wheel Spins (1936) de Ethel Lina White (“La escalera de caracol”), inspirado al parecer en un hecho real acaecido en París en 1880. Es un film ameno, con gran sentido lúdico, que deja grandes señas de identidad del cine posterior del maestro de la papada pronunciada, con delineación de personajes sugerentes, con algunos diálogos jocosos, pero el paso de las décadas la han dejado algo enmohecida. Definida por Hitchcock como "una película técnicamente muy interesante de hacer", la rodó en un estudio pequeño (en los Estudios Gainsborough en Islington, Londres), con un vagón, resto hecho mediante maquetas o retroproyecciones. El público respondió en masa haciendo de la película un gran éxito.

La cinta se puede dividir en dos partes claras. En la primera media Hitchcock la dedica con inteligencia a la introducción de los personajes que pululan por el tren. Los pasajeros quedan atrapados una noche en una posada de un pueblo en medio de las montañas de un país centroeuropeo, esperando a que despejen las vías del tren después de una avalancha de nieve. Jugosa media hora donde el humor y el caos se hacen dueños de la historia, con equívocos, confusiones, flema, lucha de sexos, enfrentamientos, adulterios camuflados, la torre de babel idiomática, haciéndonoslos durante este metraje cercanos, y conformando sus diferentes caracteres, para una vez el misterio se desencadene sepamos el porqué de sus extrañas reacciones; Para en el segundo acto entrar en el tren y hay la acción se acelera, el misterio se muestra en su esplendor, donde los diferentes pasajeros se desarrollan de modo diferente, mayormente en su egoísmo, en su arrogancia, en su hipocresía, con gente que miente, que esconde secretos, y que en el clímax sale a flote el verdadero alma de cada uno, en una clara exposición de la latente pre-guerra en la que estaba sumida Europa en ese año 1938 (un año antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial), me extiendo en spoiler.

Hitchcock demuestra gran agilidad y fluidez narrativa al ir saltando con naturalidad de un género a otro, de la comedia a la intriga, del suspense al romanticismo, ello sin perder el ritmo rápido constante cual tren desbocado no frena un instante. La subtrama romántica funciona con gran química entre los protagonistas Iris y Gilbert, primero con los encontronazos, para después ir poco a poco entrelazándose con miradas, complicidades, la búsqueda de la mujer desaparecida, peleas, con diálogos mordaces, ingeniosos, con mucho empatía entre ellos, con chispa, con escenas tan divertidas como la de la pelea en el vagón de equipaje, con claras reminiscencias a la de la también hitchcockiana “Cortina rasgada” (1966), aunque en esta última tomada en todo dramático. Ello en un marco principal del tren plagado de personajes pintorescos, espías, médicos malignos sofisticados, mojas con calzado de tacones, asesinos, adúlteros demagogos, magos, baronesas arrogantes, escritores simpáticos, parejas de hombres (gays?) obsesionados con llegar a tiempo a un partido de cricket, heroínas obsesivas, todo ello sazonado con un misterio, enigma que mientras están latentes las motivaciones e mantiene vibrante y sugestivo, con ese juego sobre si todo es fruto de la imaginación de la chica, de los interrogantes del porque cada uno niega la existencia de la desaparecida, viéndose la protagonista cual típico héroe por azar de muchos relatos hitchcockianos (“El hombre que sabía demasiado”, “Inocencia y juventud”, “39 escalones”, “La ventana indiscreta” o “Con la muerte en los talones”), pero una vez se destapa por qué decae a lo mundano y trivial, dejando entrever sus muchos artificios y agujeros de guión. Ello salpicado de recursos llamativos para hacer ameno el metraje como giros sorpresa, equívocos, confusiones, paranoia, en un crescendo dramático bien llevado (si no piensas en las lagunas narrativas evidentes).Esto aprovechando las posibilidades que da el espacio cerrado de los vagones de tren, emitiendo la claustrofobia de un lugar hermético, para lo que la cámara juega con apretar con planos cortos.

Queda en el ambiente una crítica a la clase media alta inglesa vista como hedonista, indolente, hipócrita, decadente, obsesionados con los deportes, infieles incluso en los estratos que debieran ser más nobles (un juez), una mujer de viaje por Europa antes de casarse solo parece por cansancio de estar soltera.

Margaret Lockwood da muy bien con la clásica mujer autosuficiente tan del gusto hitchcockiano, inteligente, aventurera, divertida, y muy guapa; Michael Redgrave cumple con creces con su rol de héroe sobrevenido, derrochando simpatía, tiene una buena química con Lockwood, desarrollada sutil y gradualmente;… May Whitty como la Sra. Froy deja un regusto agradable, recordándome a las clásicas ancianas inglesas que también ejemplifica Miss Marple; Paul Lukas como el dr. Hartz cumple como el villano elegante.

Pero la película ha quedado muy arrugada con el paso de 8 décadas desde su estreno, pues la trama no soporta se la rasque: Su humor discurre entre inane y lo enmohecido, ejemplos claros son el running gag de la empleada del hotel que se viste y desviste en la habitación de la pareja de amigos (¿?), y estos flemáticamente reúsan mirarla, o Gilbert irrumpiendo en la habitación de Iris para vengarse de ella, muy rancio; Su desarrollo se nota algo forzado y manufacturado de modo que sus muchas incoherencias narrativas intenten ocultarse, me extiendo en spoiler. Se añade una previsibilidad anticlimática.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow