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Voto de TOM REGAN:
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Intriga
Mientras se encuentran de "viaje turístico" en Copenhague, Boris Kusenov, su esposa e hija, de origen ruso, deciden buscar ayuda de la embajada estadounidense para exiliarse en este país. Sabido que Kusenov es un alto oficial ruso, los servicios de inteligencia le cobrarán, luego, el favor haciéndole confesar todo lo que sabe acerca de unos supuestos misiles de la Unión Soviética en Cuba y sobre el significado de la palabra Topaz en ... [+]
8 de diciembre de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
224/06(07/12/19) Film menor del maestro Alfred Joseph Hitchcock, un largo de espionaje que denota cansancio vital, el cineasta tiene más ideas visuales que poder de emitir suspense. Basada en la novela Topaz de la Guerra Fría de 1967 de Leon Uris (“Exodus”), trata sobre un agente de inteligencia francés que se enreda en la política de la Guerra Fría de los eventos que condujeron a la Crisis de los Misiles Cubanos de 1962, y más tarde la ruptura de una red internacional de espías soviéticos en Francia. La historia está estrechamente basada en el affaire Sapphire de 1962, que involucró al jefe de inteligencia francés SDECE en los Estados Unidos, y al espía Philippe Thyraud de Vosjoli, amigo de Leon Uris —Que jugó papel importante en "ayudar a los Estados Unidos a descubrir la presencia de misiles ofensivos rusos en Cuba". Le tomó cuatro años al director, la brecha más larga en su carrera, tras hacer “Cortina rasgada”, volver a ponerse a dirigir, quizás por su tormentosa relación con el star protagonista del mencionado film como fue Paul Newman, Hitch rueda “Topaz” sin estrellas, primera vez en sus producciones USA, siendo el elenco internacional. Fue una obra con muchos problemas en su filmación, con un guión a medio hacer por los problemas del director con Uris, se suman sus problemas con la finalización, la esposa de Alfred fue hospitalizada y, en pánico, su esposo abandonó el plan de filmación para confiar la cámara al guionista Herbert Coleman, que logró lo mejor que pudo, con tres conclusiones diferentes, y actores que ya no estaban disponibles para regresar al rodaje, estos finales fueron variando en función de pases previos, un cuasi-caos que se transmite en su deslavazado metraje que funciona en base a elipsis torpes, adoleciendo de arritmia estridente, a ello sumado una intensidad plana, con un devenir previsible. Aun en monocorde evolución hay algunos recursos visuales que no la hacen una experiencia baldía, como es el juego psicológico que se da a los colores principalmente rojo, amarillo y blanco (uno de los leit-motives de AH), y algunas secuencias visualmente hermosas (me refiero por ejemplo a como un espía francés sigue las negociaciones en la distancia de su infiltrado en una delegación cubana para intentar que deserte un comunista; o la escenificación de La piedad de Miguel Ángel; o la muerte de cierto personaje, de un lirismo visual espléndido, filmada en plano cenital, viéndose su vestido extendido cual sangre deslizándose por el suelo). Resultó ser el peor fracaso de Hitchcock, con un costo de $ 4 millones y solo $ 1 millón en la taquilla.
Una película que revela desgaste en Hitchcock, se nota un poco fuera ya de su tiempo, quiere hacer una especie de revisión de “Encadenados” mezclado otras cintas suyas de espionaje y le queda un metraje un tanto atropellado, saltando de escenario a escenario sin fluidez, resultando forzados los movimientos, además de poco verosímiles. Los personaje resultan poco atractivos al espectador, queriendo emular el protagonista Frederick Stafford a Cary Grant y esto le queda grimante. El tema del film deberían ser los dilemas morales sobre como nuestras acciones tiene repercusión en otras personas, el acción y reacción, pero esto me queda bastante liviano. Tampoco el modo panfletario con que pinta a los cubanos ayuda, todos clones de Fidel Castro y el Che, todos zafios, mugrientos (lo del documento importante que lía un bocadillo es de traca), maleducados y vengativos, los deshumanizan de forma idiotesca.
Las actuaciones no pasan de correctas, ninguna tiene la mínima trascendencia, son personajes arquetípicos, sin complejidades. Está el tramo en Cuba donde de la nada nos cuelan un romance pasional, impostado, parece un inserto metido con fórceps, y que en su tercio final desaparece de escena como si no hubiera existido; También cruje el modo en que tras salir la acción de Cuba la película cambia de registro y se torna en otra donde todo lo anterior deja de existir, entrando en una trama de espías dobles, trama bastante liviana y sin aristas.
La puesta en escena resulta correcta, filmándose en localizaciones naturales de Copenhague, Wiesbaden, Virginia, París, Nueva York y Washington DC, el resto de la película se rodó en Universal Studios Hollywood y en Los Ángeles y sus alrededores. Recreando bien los diferentes lares donde transcurre la acción gracias al buen hacer del bi-oscarizado (“Matar a un ruiseñor” y “El golpe”) diseñador de producción Henry Bumstead, esto filtrado por la cinematografía del oscarizado (“El puente sobre el rio Kwai”) Jack Hildyard, destacando en el uso incisivo para los colores (más abajo me extiendo en este tema), y sobre todo en la escena por antonomasia de la película, por la que merece la pena verla, la de la muerte en cenital de una mujer; La música es obra del tri-oscarizado (“Lawrence de Arabia”, “Doctor Zhivago” y “Pasaje a la India”) galo Maurice Jarre, de resonancias al thriller “Con la muerte en los talones, pero la encuentro demasiado intrusiva.
‘Al igual que sus películas anteriores Rope y The Trouble with Harry, Hitchcock pretendía la película fuera experimento para determinar si los colores, predominantemente rojos, amarillos y blancos, podían usarse para revelar e influir en la trama. Más tarde admitió que esto no funcionó. La asociación de colores es más que un acto de equilibrio; Los colores tienen una resonancia psicológica y emocional específica para el espectador, que se derivan de sus efectos sobre el sistema nervioso y los valores culturales y subconscientes. El grupo de espías conocido como "Topacio" se encuentra en Francia, y el amarillo está asociado con la mayoría de los franceses. Por lo tanto, las pantallas de lámparas, sillas y flores en la residencia Devereaux en Georgetown son amarillas; Nordstrom trae un gran ramo de crisantemos amarillos a la suite Devereaux en Nueva York; y la florista de Harlem que ayuda a Devereau está vestida de amarillo... (sigo en spoiler)
Una película que revela desgaste en Hitchcock, se nota un poco fuera ya de su tiempo, quiere hacer una especie de revisión de “Encadenados” mezclado otras cintas suyas de espionaje y le queda un metraje un tanto atropellado, saltando de escenario a escenario sin fluidez, resultando forzados los movimientos, además de poco verosímiles. Los personaje resultan poco atractivos al espectador, queriendo emular el protagonista Frederick Stafford a Cary Grant y esto le queda grimante. El tema del film deberían ser los dilemas morales sobre como nuestras acciones tiene repercusión en otras personas, el acción y reacción, pero esto me queda bastante liviano. Tampoco el modo panfletario con que pinta a los cubanos ayuda, todos clones de Fidel Castro y el Che, todos zafios, mugrientos (lo del documento importante que lía un bocadillo es de traca), maleducados y vengativos, los deshumanizan de forma idiotesca.
Las actuaciones no pasan de correctas, ninguna tiene la mínima trascendencia, son personajes arquetípicos, sin complejidades. Está el tramo en Cuba donde de la nada nos cuelan un romance pasional, impostado, parece un inserto metido con fórceps, y que en su tercio final desaparece de escena como si no hubiera existido; También cruje el modo en que tras salir la acción de Cuba la película cambia de registro y se torna en otra donde todo lo anterior deja de existir, entrando en una trama de espías dobles, trama bastante liviana y sin aristas.
La puesta en escena resulta correcta, filmándose en localizaciones naturales de Copenhague, Wiesbaden, Virginia, París, Nueva York y Washington DC, el resto de la película se rodó en Universal Studios Hollywood y en Los Ángeles y sus alrededores. Recreando bien los diferentes lares donde transcurre la acción gracias al buen hacer del bi-oscarizado (“Matar a un ruiseñor” y “El golpe”) diseñador de producción Henry Bumstead, esto filtrado por la cinematografía del oscarizado (“El puente sobre el rio Kwai”) Jack Hildyard, destacando en el uso incisivo para los colores (más abajo me extiendo en este tema), y sobre todo en la escena por antonomasia de la película, por la que merece la pena verla, la de la muerte en cenital de una mujer; La música es obra del tri-oscarizado (“Lawrence de Arabia”, “Doctor Zhivago” y “Pasaje a la India”) galo Maurice Jarre, de resonancias al thriller “Con la muerte en los talones, pero la encuentro demasiado intrusiva.
‘Al igual que sus películas anteriores Rope y The Trouble with Harry, Hitchcock pretendía la película fuera experimento para determinar si los colores, predominantemente rojos, amarillos y blancos, podían usarse para revelar e influir en la trama. Más tarde admitió que esto no funcionó. La asociación de colores es más que un acto de equilibrio; Los colores tienen una resonancia psicológica y emocional específica para el espectador, que se derivan de sus efectos sobre el sistema nervioso y los valores culturales y subconscientes. El grupo de espías conocido como "Topacio" se encuentra en Francia, y el amarillo está asociado con la mayoría de los franceses. Por lo tanto, las pantallas de lámparas, sillas y flores en la residencia Devereaux en Georgetown son amarillas; Nordstrom trae un gran ramo de crisantemos amarillos a la suite Devereaux en Nueva York; y la florista de Harlem que ayuda a Devereau está vestida de amarillo... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... Además, cuando Juanita acepta ayudar a Andre, se cambia a una falda amarilla y sus sillones son amarillos. Más tarde, rosas amarillas decoran la habitación de Granville. El grupo Topaz, con sede en Francia, es parte de un complot comunista, para el cual Hitchcock combina amarillo y rojo. Los arlequines Picasso amarillos y rojos están enmarcados en la pared, y la pantalla de Tiffany roja y amarilla se destaca en primer plano; El color rojo, en muchos sentidos, el favorito de Hitchcock, también prevalece. El asistente de Parra tiene una barba roja brillante; un maletín rojo contiene el tratado ruso-cubano; Granville lleva una bata roja; El yerno de Andre dibuja a Jarre con un lápiz rojo tomado de un montón de lápices amarillos y rojos sobre el escritorio. Hitchcock oscurece los amarillos más optimistas con el color relacionado con el comunismo, el derramamiento de sangre, el riesgo y la muerte; La lavanda es un color con connotaciones emocionales fuertes y conmovedoras. Dubois es visto por última vez con el lema de lavanda "Descansa en paz" en un ramo de funeral en su tienda. "Terminaré esto", dice, en referencia a la muerte implícita de Uribe, que ha traicionado a sus compañeros; En la siguiente escena, Nicole Devereau usa un vestido largo de lavanda cuando su esposo la deja para su misión y su amante. Cuando vemos a Juanita por primera vez, está vestida de rojo de manera adecuada, debido a su política a favor de Castro. A la llegada de Devereau, cambia a amarillo (identificándola como pro-francesa. Pero en la poderosa escena, en la que Parra la asesina fríamente, lleva un vestido largo de lavanda.’
Momento degustable dentro de un film anodino es ver la muerte de Juanita de Córdoba (Karin Dor), a manos de Rico Parra (John Vernon), cuando este la tiene abrazada, se oye un disparo y entonces la toma es cenital, la cámara se levanta lentamente y se detiene. Entonces Juanita cae en slow y su vestido se abre como alegorizando la sangre de la mujer. Cinco técnicos fuera del campo tiran de los hilos para que el vestido se despliegue como una flor que se abre.
El cameo característico de Hitchcock se produce alrededor de 28 minutos en la película, en el aeropuerto: está sentado en una silla de ruedas mientras una enfermera lo empuja. Ella se detiene, y él se levanta con indiferencia y saluda a un hombre, que se aleja de la pantalla con él.
Incoherencias: Demasiado increíble me queda el salto al vacío de Philippe Dubois (Roscoe Lee Browne) , tirándose de un alto edificio, cayendo sobre un toldo que aparentemente amortigua su caída, para a continuación saltar a la calle como si nada, más cuando vemos que este tipo físicamente no es ningún portento; Quien se va a creer que una delegación de militares cubanos pistola en mano persiga a un espía por las calles de Manhattan ante la mirada pasiva de la policía estadounidense, pero es que nos toman por idiotas? Menudo insulto a la inteligencia; Vemos una recreación de La Piedad de Miguel Ángel con los espías cubanos que trabajan para Juanita, pero esto me queda un brindis a la estética, pues no es normal esto ocurra así, uno sosteniendo al potro mientras los torturan. Es como sui el sentido común no apareciera por lado alguno; La muerte de Juanita de Córdoba resulta turbadoramente poética, pero carece de sentido, todo en pos de la estética, la lógica queda sepultada, pues lo normal es que la detuvieran e interrogaran para sacarle información. El que la asesinen sin más me queda ridículo; Tampoco se entiende que los estadounidenses al enterarse de la organización Topaz no se lo diga a las altas instancias francesas, y no hagan recaer esta en un espía de baja escala.
En conjunto me queda una película ordinaria para el talento hitchcockiano, solo recordable por la toma ya mencionada de la muerte de Juanita. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/12/topaz.html
Momento degustable dentro de un film anodino es ver la muerte de Juanita de Córdoba (Karin Dor), a manos de Rico Parra (John Vernon), cuando este la tiene abrazada, se oye un disparo y entonces la toma es cenital, la cámara se levanta lentamente y se detiene. Entonces Juanita cae en slow y su vestido se abre como alegorizando la sangre de la mujer. Cinco técnicos fuera del campo tiran de los hilos para que el vestido se despliegue como una flor que se abre.
El cameo característico de Hitchcock se produce alrededor de 28 minutos en la película, en el aeropuerto: está sentado en una silla de ruedas mientras una enfermera lo empuja. Ella se detiene, y él se levanta con indiferencia y saluda a un hombre, que se aleja de la pantalla con él.
Incoherencias: Demasiado increíble me queda el salto al vacío de Philippe Dubois (Roscoe Lee Browne) , tirándose de un alto edificio, cayendo sobre un toldo que aparentemente amortigua su caída, para a continuación saltar a la calle como si nada, más cuando vemos que este tipo físicamente no es ningún portento; Quien se va a creer que una delegación de militares cubanos pistola en mano persiga a un espía por las calles de Manhattan ante la mirada pasiva de la policía estadounidense, pero es que nos toman por idiotas? Menudo insulto a la inteligencia; Vemos una recreación de La Piedad de Miguel Ángel con los espías cubanos que trabajan para Juanita, pero esto me queda un brindis a la estética, pues no es normal esto ocurra así, uno sosteniendo al potro mientras los torturan. Es como sui el sentido común no apareciera por lado alguno; La muerte de Juanita de Córdoba resulta turbadoramente poética, pero carece de sentido, todo en pos de la estética, la lógica queda sepultada, pues lo normal es que la detuvieran e interrogaran para sacarle información. El que la asesinen sin más me queda ridículo; Tampoco se entiende que los estadounidenses al enterarse de la organización Topaz no se lo diga a las altas instancias francesas, y no hagan recaer esta en un espía de baja escala.
En conjunto me queda una película ordinaria para el talento hitchcockiano, solo recordable por la toma ya mencionada de la muerte de Juanita. Fuerza y honor!!!
Para leer más sobre el film ir a: https://conloslumiereempezo.blogspot.com/2019/12/topaz.html