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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
8
Animación. Drama. Comedia Primer largometraje de Adam Elliot, ganador de un Oscar con el cortometraje "Harvey Krumpet". Narra la larga amistad por correspondencia entre un cuarentón judío y obeso de Nueva York, y una niña australiana de ocho años que vive en los suburbios de Melbourne. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2011
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
48/17(19/02/11) Muy agradable sorpresa me he llevado cuando he visto esta delicia de película de animación, un caramelo con envoltorio infantil pero que al abrirlo nos encontramos con un drama con bastante calada. Es uno de los cantos a la amistad más maravillosos que recuerdo, entre dos personas que jamás llegan a verse, que jamás llegan a hablarse, es una relación únicamente epistolar, es por tanto también un homenaje al correo por el que la humanidad tantos siglos se ha relacionado. La historia transcurre entre 1976 y 1994, dos antihéroes, ella es Mary, una niña feúcha, acomplejada y con una madre alcohólica que la oprime, vive en Australia, él es Max de 44 años, vive en Nueva York de modo casi ermitaño en un piso, tiene un amigo imaginario, el Sr. Raviolisufre el síndrome de Asperger (trastorno mental cercano al autismo), es judío y ateo, y sufre manías como ponerse histérico al ver gente tirar basura a la calle, su relación empieza por casualidad y discurre entre cartas en los que cada uno destapa sus personalidades, sus miedos, sus sueños y se extiende durante años, con altibajos. La animación es en el delicioso formato stop motion, con modelaciones de plastilina que transmiten una dulzura y cariño entrañable, detallista en lo preciso. El guión es magnífico, rebosante en ingenio, describiéndonos unas vidas de perdedores, con situaciones que se mueven por lo agridulce de la vida, justo como es esta, con un sutil humor negro, son dos personajes complejos que emiten humanidad y que chocan con los problemas diarios a que los someten sus temores, es un esplendoroso retrato de la soledad, todo ello sin caer en lo pueril, en la sensiblonería manipuladora, es un relato conmovedor de los que deja un poso de cine del bueno. Destacable es el uso de la fotografía utilizando los grises para marcar el estado de ánimo de los protagonistas, así como el color en pequeños detalles como el pompón del gorro de Max que imprime el carácter de los personajes. Es una cinta muy recomendable a los degustadores de rarezas que te dejan huella. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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