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España España · almeria
Voto de TOM REGAN:
7
Ciencia ficción. Fantástico. Cine negro John Murdoch se despierta solo en un extraño hotel y comprueba que ha perdido la memoria y es perseguido como el autor de una serie de sádicos y brutales asesinatos. Mientras intenta juntar las piezas que componen el puzzle de su pasado, descubre un submundo habitado por unos seres conocidos como "los ocultos" que tienen la habilidad de adormecer a las personas y alterar a la ciudad y a sus habitantes. (FILMAFFINITY)
31 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
131/14(18/07/16) Muy sugestivo film del director australiano nacido en Egipto y de padres griegos, Alex Proyas, fracaso taquillero en su momento que con el tiempo se ha convertido en obra de culto, una atractiva mezcla entre el Cine negro y la ciencia ficción cuasi-existencial. Argumento con muchos paralelismos con “Matrix”, realizada un año después de esta. “Dark City” posee un potentísimo arranque que te atrapa en sus turbadoras redes, tejidas con una ambientación superlativa, compuesta en base a un incisivo y penetrante expresionismo gótico, acentuado esto porque toda la acción acontece de noche. El guión del propio realizador junto a Lem Dobbs (“The score”), y David S. Goyer (“El caballero Oscuro”), construyendo un mundo oscuro, que se mueve en la penumbra, claroscuros y luces de neón de la noche, en una a priori historia detectivesca con probable falso culpable, con detective, y con femme fatale, pero a medida que avanza la narración se va retorciendo más y más en algo de reminiscencias kafkianas, una fábula retro-futurista sobre el valor y la importancia del paso del tiempo, la identidad y los recuerdos. Todo esto con efluvios al universo del escritor de ciencia-ficción estadounidense Philip K. Dick, sobre todo en lo referente a las fuerzas ocultas, a que nada es lo que parece, a la manipulación de los recuerdos, y a el mundo decadente que refleja. Hay otros claros referentes con los que se ha comparado por sus similitudes, principalmente su atmósfera y sentido de cuasi-Gran Hermano en que se vive, “Metrópolis” (1927), "Blade Runner" (1982), “Brazil” (1985), “Akira” (1988), “Batman” (1989), "Total Recall" (1990), “La Ciudad de los Niños Perdidos” (1995), “Día extraños” (1995), Gattaca (1997), “El show de Truman” (1998), Proyas citó también la serie de televisión estadounidense de misterio “The Twilight Zone” como fuente de inspiración. También se le han atribuido al relato similitudes con el relato de Paltón “El Mito de la Caverna”, sobre como los hombres está a oscuras en una cueva, en este caso una ciudad y hay alguien que escapa y ve la luz.

Estamos en una ciudad indeterminada, John Murdoch (Rufus Sewell) despierta en una bañera de un hotel, sufre de amnesia, recibe una llamada telefónica del Dr. Daniel Schreber (Kiefer Sutherland), que le insta a abandonar el hotel para evadir a un grupo de hombres que están detrás de él. Durante la conversación telefónica, Murdoch descubre el cadáver de una mujer brutalmente, junto con un cuchillo ensangrentado. Él huye de la escena, al igual que el grupo de hombres (conocidos como los desconocidos) aparece para investigar la habitación. Eventualmente Murdoch aprende su propio nombre, y descubre que tiene una esposa llamada Emma (Jennifer Connelly). También es buscado por el inspector de policía Frank Bumstead ( William Hurt ) como sospechoso en una serie de asesinatos cometidos por la ciudad, a pesar de que no puede recordar matar a nadie. También tendrá importancia en la historia dos de los “desconocidos”, Mr. Hand (Richard O’Brien) y su líder, Mr. Book (Ian Richardson).

Una cinta que nos habla de la individualidad, de la memoria, de las falsas apariencias, sobre la libertad, de la manipulación de los recuerdos, ello con un hondo mensaje de filosofía existencialista sobre como nuestros recuerdos nos definen, sobre la capacidad de instigación que tienen nuestros sueños, ello sumergiéndonos el director en un submundo inquietante, esquivo, opresivo, donde el espectador es manipulado de un lado a otro con imágenes de una belleza formidable, secuencias de índole surrealistas que navegan entre lo pesadillesco, lo alucinógeno y lo lírico-urbano. Relato que se desarrollo en un engañoso neo-noir donde la imaginería visual de los efectos visuales de cuando los edificios andan en metamorfosis se convierte en una alegoría sobre la mentalidad cambiante de las personas. Un thriller que te sojuzga con una intriga y enigmas turbadores, en un increscendo magnético sobresaliente.

Pero no todo es redondo en la película, y es que en su último tramo, cuando debe dar sentido y concluir satisfactoriamente su punzante historia naufraga, se aturulla, desbarra, se desliza a trompicones de ideas las engarzadas, para querer terminar a empujones, sin mesura, dañando lo visto hasta entonces, ridículo el combate entre el “Bien” y el “Mal” que parece salido de la peor versión manga de “Bola de dragón”, con delirantes combates mentales-telepáticos, que rompen con el mesurado tono visto hasta entonces, siendo un enorme lastre esta parte conclusiva, un clímax final que deriva en anticlimático por lo absurdo y ridículo que queda. Tampoco se aprovecha esta parte para dar respuesta a las preguntas que se generan durante el metraje (spoiler). Tara asimismo es lo livianamente que están perfilados los protagonistas, con lo que se nos hace complicado empatizar con su angustia vital. Resaltar que durante el film peca el realizador de afán por explicarlo todo varias veces, de dárnoslo todo remasticado, tratándonos con una condescendencia que en algunos momentos irrita, es tratar al espectador de poco inteligente.

La puesta en escena es su gran pilar, Impresionante recreación de una ciudad retro, con un glorioso diseño de producción de George Liddle (“Daybreakers”), y Patrick Tatopoulos (“Underworld” o “Soy leyenda”), rodándose casi íntegramente en los Fox Studios de Sydney (Australia), con tremenda imaginería estética en la arquitectura de la semioscura urbe, con rascacielos retro-vintage, grandes relojes, apartamentos mugrientos de paredes desconchadas, la decadente piscina a la que va el Dr., la madriguera subterránea en modo anfiteatro en que residen “Los extraños”, construida esta fastuosa guarida en un parque de atracciones de Sydney, con una altura máxima de 15 metros (11 de media),... (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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