Con una primera temporada magistral, de 10, y una segunda un poco más floja, nos llega esta tercera temporada y consigue que me coma toda la temporada en casi 2 días. Lo han vuelto a hacer.
Sin llegar a las cotas alcanzadas en la primera temporada, esta tercera consigue hacernos partícipe del dolor y el conflicto religioso y moral de Matt, gracias a Charlie Cox, que vive el personaje. Gracias a él, sentimos dolor, pena, y (alguna que otra) alegría. Consigue que odiemos a Fisk y a Vanessa y nos deja abierta la temporada con determinado anti-héroe...
El resto de personajes cumplen, pero claro, cuando Cox/DD está en pantalla, el resto de tramas te importan un pepino.
Muy muy recomendable. Seguramente la mejor serie de superhéroes del momento.