La obra más premiada del gran Miyazaki es una fabulosa película donde la imaginación, la magia y las emociones alcanzan cotas altísimas.

Lo desbordante de las imágenes y escenas requieren un público predispuesto a la fantasía y a la falta de prejuicios visuales y narrativos.

La película en general mantiene un ritmo alto, con cantidad de situaciones de todo tipo, algunas bastante repugnantes que hacen resaltar la belleza de otras escenas. Mientras asistimos a desarrollo personal de la protagonista en una gran cuento de amistad, honradez y amor que es el gran acierto de la cinta.

Técnicamente estupenda, el dibujo es de sobresaliente y la música muy buena. Llena de personajes entrañables y originales.

Por poner un pero, es quizá excesiva en algunos momentos.