Un film sobrado de metraje y carente de emotividad.
Aunque parezca del todo imposible no despertar la emotividad del espectador poniendo en escena una temática como la de la segregación racial, esta película lo logra con creces.
Desde el primer minuto, la planicie de sus llanuras narrativas evidencia el hecho de estar presenciando una serie de hechos ficcionados totalmente ajenos al sujeto que a duras penas trata de permanecer sentado en la butaca.
Arranque simplón, soporífera trama, personajes estereotipados que no evolucionan ni un ápice, muertes que no generan ni la más mínima aprensión, puntos de giro inexistentes, clímax insulso, infame interpretación de Mariah Carey (afortunadamente sin diálogo)... Una "joyita" del séptimo arte.
¿Amáis el cine? Permitidme un consejo. Si en algún momento se os pasó por la cabeza ir a verla, ahorráos los 10 euros de la entrada.
Una temática social de este calibre merece mayor rigor a todos los niveles.
Si Martin Luther King levantara la cabeza....