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España España · Plentzia
Voto de Jon:
6
Drama A finales de los 70, Jack Horner, un director de cine porno que considera su trabajo una forma de arte descubre a Eddie Adams, un joven ingenuo que desea triunfar y que tiene unas características físicas muy adecuadas para ese tipo de cine. Eddie cambia su nombre por el de Dirk Diggler, se adapta inmediatamente a nuevo estilo de vida y pronto se convierte en una gran estrella del porno. (FILMAFFINITY)
17 de enero de 2013
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Producción independiente que se adentra en el mundo del cine porno, recogiendo los comienzos de un prometedor joven, que alcanza el éxito gracias a la visión de un director de cine, que intuye sus dotes para mundo del porno.
Paul Thomas Anderson recrea una época de desenfreno, apoyándose en los comienzos de la industria pornográfica, ubicando la acción en los años setenta, con la que ofrece una visión de los lazos de unión que se crea en el mundo del cine y plasma el auge y declive de una personalidad, que saborea el éxito al tiempo que se corrompe y se destroza.
Ofrece una obra densa, con un amplio abanico de personajes que forman parte de la industria del porno, donde se plasma una etapa de descontrol dominada por la droga y el sexo, que a todos afecto de una forma u otra.
Para ello cuenta con un reparto excepcional, con secundarios de renombre, que complementan el núcleo de la trama con sus historias secundarias, dando entidad al conjunto de la trama.
Es difícil destacar a alguno de los interpretes, puesto que la mayor parte del reparto ofrece lo mejor de si mismo, en beneficio de una historia bien contada, que ofrece un amplio abanico de situaciones alrededor del mundo del la droga, el auge y declive de una sociedad corrompida por el dinero y el éxito.
La selección musical recoge grandes éxitos musicales de las etapas que recrea y ayuda junto con el vestuario y maquillaje a trasladar al espectador con veracidad a un tiempo de desenfreno.
Ofrece secuencias de puro cine, en las que se llegan a observar guiños y homenajes al cine contemporáneo americano, con escenas que recuerdan a El padrino, Fiebre del sábado noche, Toro salvaje e incluso a la figura de Bruce Lee.
Al mismo tiempo destaca el empleo de una banda sonora comedida y premonitoria, que transmite el riesgo que entrañan algunas situaciones, generando una sensación de peligro en los momentos necesarios, donde el director maneja con inteligencia los silencios y los tiempos, en una sucesión vertiginosa de imágenes esclarecedoras.
Paul Thomas Anderson deja a la luz su capacidad para contar historias de entidad, con personajes que interactúan entre si y que presentan una evolución a partir de las vivencias que comparten, convirtiéndose en una familia.
Una obra densa y bien construida que ofrece numerosas lecturas, que se adentra con atrevimiento y sin tapujos en el mundo del porno, pocas veces visitado por la industria del cine, ofreciendo una visión inteligente de otro tiempo.
Jon
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