Si la cosa funciona, con esa premisa partimos y en eso se basa la obra de Woody Allen, que sigue haciendo uso de secuencias características de su cine, que funcionaron y siguen funcionando…
Con un personaje que recuerda al propio director, que en más de una ocasión a mi me ha dejado con la sensación de que se ríe de sus propios temores y pensamientos, plasmándolos en sus diferentes personajes de su filmografía.
Aquí presentándonos a un personaje pesimista, con comentarios y pensamientos afilados, que están llenos de sarcasmo e ironía.
Consiguiendo alguna que otra pincelada humorística, consiguiendo que dos intentos de suicidio resulten graciosos, pero que en algunos momentos decae en la monotonía…
Aun así, es ligera y entretiene, aunque algunas situaciones, resultan forzadas por el guión de Allen, que parece tener la necesidad de que todos los personajes tengan que tener un desenlace feliz…
La cosa funciona, y siguiendo la premisa, si la cosa funciona, pues seguimos con ello…