Otra buena película de Pixar que, sin llegar a su notable primera parte, es meritoria por mantener la calidad más de diez años después de "Buscando a Nemo" y, sobre todo, por conseguir que el personaje - en mi humilde opinión - más cargante de aquélla sea ahora una víctima que nos da mucha pena. De hecho, "Buscando a Dory" es aún más adulta que su predecesora en cuanto a abordar la tremenda soledad que un ser puede sentir en la inmensidad, así como en tratar la amnesia como una experiencia traumática para la protagonista al verse incapaz de actuar por ella misma y defenderse ante los problemas.
La película se hace mucho más entretenida a partir de que entra en juego la superficie y el contacto con el mundo humano de nuevo, pese a que quizá le sobre un pelín de metraje. En éste por cierto incluiríamos el corto de "Piper", también relacionado con el medio natural, técnicamente impecable y cuyo argumento puede comprender el universo entero sin necesidad de utilizar una sola palabra, como es ya un logro habitual de la factoría ahora de Disney).
Bajo mi punto de vista el mejor personaje de esta entrega no es ni Dory, ni Marlin ni Nemo, sino el que cuento en spoiler junto a la escena más divertida de la película.
Mi nota: 7,3