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España España · Sabadell
Voto de otax17:
5
Drama El segundo episodio especial de 'Euphoria' sigue a Jules (Hunter Schafer) durante las fiestas de Navidad, mientras reflexiona sobre el año que termina.
8 de febrero de 2021
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Euphoria gusta por su originalidad, estética, su banda sonora. También nos encandila su argumento siniestro, su exagerado catastrofismo combinado con unos personajes únicos cada cuál más patológico. Recuerdo al final del último capítulo de la primera temporada pensar que Rue era víctima de su pujante romance con las drogas pero que su nobleza y generosidad la convertían en el personaje más sano y transparente de la serie.

Jules, en cambio, me dejaba con una sensación más amarga. Es verdad que toda la presentación del personaje cuadra con su pasado y sus acciones a lo largo de la temporada. Su desconexión de la realidad como mecanismo de defensa a sus heridas emocionales, su comportamiento excéntrico, su inestabilidad en las relaciones y en su estado de ánimo (un verdadero tormento para la comprometida Rue). La idea de construir un mundo ideal y acabar destruyéndolo todo, pensar que tú estás roto y los otros tienen el poder de despedazarte al mismo tiempo que tú tienes el poder de echarlo todo a perder.

La gracia de Euphoria está en llegar a estas conclusiones por ti mismo, hacer tus propias interpretaciones del mundo interior de los personajes sin necesidad de desnudar al completo las intenciones de los guionistas como han hecho en estos dos capítulos. En especial con Jules.

En este caso particular creo que hay algunos errores de guión. Jules dice que se alejó de Rue y rechazó su amor por miedo, por su tendencia autodestructiva, esa extraña dicotomía por aquello que le atrae y a la vez le aterra. Quizás nos perdimos algo en la primera temporada pero las acciones y expresiones de Jules no iban nada en acorde a este producto que le vende a la psicoterapeuta. En el desarrollo de la trama vemos como Rue se encandila de la seductora y especial Jules. Ella se aferra a Rue como a un paracaídas emocional, un sitio donde encontrar la paz para librarse de los monstruos que le acechan y las prácticas sexuales de riesgo que emprende con los hombres. En ningún momento compro su amor más allá de una amistad magnética y tóxica (probablemente definida por los altibajos y secretos de Jules y no por las recaídas de Rue como defiende ella misma).

También creo que es peligroso asociar esta idea de mundo inestable, espiritualidad y complejidad emocional a las personas trans. Jules tiene un trastorno de la personalidad que le impide esta adaptación al mundo y a las personas. Decir que patologizamos la identidad de género de Jules porque es un personaje diferente es en si una contradicción que estigmatiza, sea cual sea la manera de sentirse, actuar o pensar de las personas. Defiendo completamente la visibilización del colectivo a nivel audiovisual, la discriminación y las consecuencias psicológicas que han sufrido a causa de la miserable opresión e intolerancia de la sociedad. Es importante contar estas historias. Sin embargo, creo que aquí mezclamos temas diferentes (hay muchos personajes con trastornos de la personalidad en las series y no se debe caer en asociarlos a otras que traten también LGTBI+). Es importante cuestionarnos estos matices. En mi opinión, convendría evitar la romantización del desamor y del dolor porque es un mensaje dañino. Muy rentable a nivel de contenido, pero dañino.

A pesar de la crítica, se agradece que una serie juvenil nos de pie a tanto debate psicológico y social. Pero sin perder el foco que su objetivo debe ser el entretenimiento.
otax17
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