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España España · Barcelona
Voto de Rómulo:
8
Drama. Romance En 1981, el actor británico Peter Turner (Jamie Bell) recibe una llamada inesperada: su ex amante, la oscarizada actriz Gloria Grahame (Annette Bening), ha sufrido un colapso en un hotel de Lancaster. Como ella se niega a ser atendida por los médicos, a él no le queda más remedio que ir a buscarla para llevársela a su humilde casa familiar, en Liverpool. Allí, mientras cuida de ella, revivirá todo lo que les unió durante años, y también ... [+]
28 de noviembre de 2018
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Las estrellas no mueren en Liverpool (Film Stars Don't Die in Liverpool)

Qué preciosidad de película ha hecho el escocés Paul McGuigan. Porque “Las estrellas no mueren en Liverpool” es una de las más tiernas, convincentes, sensibles y bellas historias de amor que se han llevado a la pantalla. Y no hay un solo ápice de impostura, cursilería o exagerado dramatismo que cruce la delicada línea que separa el buen gusto y el difícil ejercicio de la contención, de la muy frecuente propensión a violar esa frontera invisible entre la sutileza y el bodrio, es decir, la diferencia entre el talento y la ineptitud, entre la mesura y el desbordamiento.
Basada en un suceso real inspirado en un libro de memorias del actor, escritor y fotógrafo británico Peter Turner, McGuigan ha realizado una verdadera obra de autor en el más puro sentido del término. Absolutamente todo está medido con milimétrica pericia y un conocimiento del oficio que es perceptible desde sus primeras escenas. Los continuos saltos del guion en secuencias perfectamente hilvanadas pueden desorientarnos al principio pero, finalmente, y a medida que transcurre la película, nos facilitan la comprensión de un relato que nos conmueve profundamente y contagia de la amargura, tristeza y dolor que sufrieron unos personajes que sentimos muy cercanos por su patente realismo y entrañable humanidad.
Una imperial y sublime Annette Bening, que ya nos cautivó en “American Beauty” y emocionó en “Being Julia”, nacida hace 60 años en Kansas y merecedora de multitud de premios, interpreta a Gloria Grahame, mito inmortal de Hollywood en las décadas de los 40 y 50. Y quién mejor que el actor británico Jamie Bell, cuando siendo un niño, hace ahora 16 años, nos deslumbrara, cómo olvidarlo, en “”Billy Elliot”, para poner la pasión y ternura de Peter Turner, perdidamente enamorado de la gran diva Grahame en el declive de su brillante carrera y 30 años mayor que su joven amante.
Como apunte final, mis queridos e improbables lectores, tanto el director McGuigan como los actores Bening y Bell, rebajaron notablemente sus honorarios para poder sacar adelante esta enternecedora historia de amor y sacrificio que nos reconcilia con la vida tantas veces pisoteada y denigrada por la mediocridad y mezquindad más obscena.

Emilio Castelló Barreneche
Rómulo
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