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Voto de Don Simón:
8
6,9
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Drama. Comedia
Comedia que repasa la historia reciente de Serbia, desde el punto de vista de un agente de la policía secreta de Milosevic, en sus intentos por asesinar repetidas veces a un miembro de la oposición al presidente. Años después y cercana la muerte, el policía visita al opositor, ahora director de una editorial que va a ser vendida a los nortemericanos, para preguntarle si todo aquello por lo que luchó se ha convertido en realidad. (FILMAFFINITY) [+]
26 de octubre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película es la adaptación de una obra de teatro estrenada en 1990 (también representada en España y en español) que estuvo quince años en cartel en en el Teatro Zvezdara de Belgrado. El texto original hacía referencia al encuentro de un espía y un activista (su espiado) en el 90, año en el que se celebraron, en diciembre, las primeras elecciones libres en el país. Aquel triunfo electoral asentó en el poder a Milosevic, hasta donde ya había ascendido gracias a una típica conspiración comunista en la que purgó al anterior presidente, Stambolic, amigo y mentor, a cuya sombra había vivido toda su carrera.
En la obra de teatro se hablaba de los veinte años que llevaba el policía siguiendo al detalle la vida del protagonista durante el periodo genuinamente comunista (hasta el 89). Por eso, hay que entender que esta adaptación juzga un periodo reciente de la historia de Serbia (del 90 al 00) con el prisma con el que se valoraba la dictadura comunista. Al periodo entre 1990 y 2000 correspondería denominarlo como populismo autoritario nacionalista. Con todos los matices, que son contundentes, que supone.
De ahí que cuando el ex policía secreto muestra que ahora se gana la vida duramente como taxista, la escena rechine tratándose del año 2000. El Profesional en su versión cinematográfica presenta la Revolución Bulldozer de octubre de 2000 como el arquetípico ocaso del comunismo. Esto no se corresponde exactamente con la Historia, aunque para los serbios pueda servir como guiño. Sobre todo si consideramos la celebridad que alcanzó esta obra de teatro en el país.
Lo cual no quita que con Milosevic hubiera un estado policial, demagogia desbordada y una crisis espantosa. A partir del relato del policía, que es la trayectoria biográfica del disidente, a menudo olvidada en borracheras y dolorosos recuerdos que es mejor obviar, recorremos la década de los noventa en Serbia. Pero todo en clave de humor inclinado al exceso, que más que extralimitarse lo que construye es un patetismo muy acorde a la atmósfera que ha rodeado este país.
En la obra de teatro se hablaba de los veinte años que llevaba el policía siguiendo al detalle la vida del protagonista durante el periodo genuinamente comunista (hasta el 89). Por eso, hay que entender que esta adaptación juzga un periodo reciente de la historia de Serbia (del 90 al 00) con el prisma con el que se valoraba la dictadura comunista. Al periodo entre 1990 y 2000 correspondería denominarlo como populismo autoritario nacionalista. Con todos los matices, que son contundentes, que supone.
De ahí que cuando el ex policía secreto muestra que ahora se gana la vida duramente como taxista, la escena rechine tratándose del año 2000. El Profesional en su versión cinematográfica presenta la Revolución Bulldozer de octubre de 2000 como el arquetípico ocaso del comunismo. Esto no se corresponde exactamente con la Historia, aunque para los serbios pueda servir como guiño. Sobre todo si consideramos la celebridad que alcanzó esta obra de teatro en el país.
Lo cual no quita que con Milosevic hubiera un estado policial, demagogia desbordada y una crisis espantosa. A partir del relato del policía, que es la trayectoria biográfica del disidente, a menudo olvidada en borracheras y dolorosos recuerdos que es mejor obviar, recorremos la década de los noventa en Serbia. Pero todo en clave de humor inclinado al exceso, que más que extralimitarse lo que construye es un patetismo muy acorde a la atmósfera que ha rodeado este país.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Aparecen las manifestaciones masivas de 1991, aplastadas por la policía y los tanques del ejército. La hiperinflación tras las sanciones internacionales por las guerras, un periódico cuesta cientos de millones de dinares. La llegada del cuarto de millón de refugiados de la Krajina expulsados en 48 horas por el ejército croata y los intentos de reubicarlos en Kosovo por parte de Milosevic, las manifestaciones del 97, los bombardeos de la OTAN y, finalmente, la revolución Bulldozer que derroto a Milosevic. Y un final en abierto…
La caída de este presidente fue compleja. Se aliaron contra él la oposición democrática, como la del disidente protagonista de la película, con los militares, parte de la policía, la mafia y paramilitares que habían comido de la mano de Milosevic (de hecho, salen imágenes de los Escorpiones manifestándose al principio) y OTPOR, 'revolucionarios' profesionales de coqueteos neoliberales pagados por EEUU (3 millones de dólares les dieron en Budapest, contó el New York Times). Lo que salió al final de esta variopinta revolución fue el asesinato pocos años después de Zoran Djindjic, primer ministro y el artífice de todo aquel movimiento (también de extraditar a Milosevic al TPIY)
El final, en el que el activista demócrata sigue vigilado por la policía con cámaras tras la caída del régimen, sirve para subrayar las sombras y contradicciones que aún quedaban en el país. Ahora, entre la línea europeísta de Tadic y la vuelta al nacionalismo de Nikolic hay tan sólo una diferencia de 100.000 votos. Con criminales de guerra juzgados en Belgrado y condenados a penas de risa y un crimen organizado bien instalado en las altas esferas económicas, Kovacevic describe y anticipa todo esto con el final de la cinta. Siguen ahí.
La caída de este presidente fue compleja. Se aliaron contra él la oposición democrática, como la del disidente protagonista de la película, con los militares, parte de la policía, la mafia y paramilitares que habían comido de la mano de Milosevic (de hecho, salen imágenes de los Escorpiones manifestándose al principio) y OTPOR, 'revolucionarios' profesionales de coqueteos neoliberales pagados por EEUU (3 millones de dólares les dieron en Budapest, contó el New York Times). Lo que salió al final de esta variopinta revolución fue el asesinato pocos años después de Zoran Djindjic, primer ministro y el artífice de todo aquel movimiento (también de extraditar a Milosevic al TPIY)
El final, en el que el activista demócrata sigue vigilado por la policía con cámaras tras la caída del régimen, sirve para subrayar las sombras y contradicciones que aún quedaban en el país. Ahora, entre la línea europeísta de Tadic y la vuelta al nacionalismo de Nikolic hay tan sólo una diferencia de 100.000 votos. Con criminales de guerra juzgados en Belgrado y condenados a penas de risa y un crimen organizado bien instalado en las altas esferas económicas, Kovacevic describe y anticipa todo esto con el final de la cinta. Siguen ahí.