¿Qué me esperaba de esta película?, bastante.
¿Qué recibí?, lo justo.

Entiendo que mucha gente no haya podido seguir con claridad la sucesión de hechos en la película, mi novia se perdía en esas conversaciones técnicas de las que hace gala Margin Call hasta que mandó la película a tomar por el culo y se puso a dormir.

Totalmente normal, si yo me pongo a ver una película en la que no salen más que químicos hablando durante dos horas de moléculas, gases nobles, tablas periódicas, amoniaco, agua oxigenada o pentacloruro de su puta madre apago el televisor o me pongo a ver El chiringuito.

Por suerte o por desgracia yo pude entender de qué iba el asunto. Seguí la peli hasta el final y aún salvando el obstáculo de las entendederas no me convenció. La supuesta conciencia de algunos la pongo totalmente en entredicho. Tal vez sea porque para empezar esta empresa, con tufo a Lehman Brothers, debería haber tenido conciencia muuuuuucho antes y no cuando las cosas se le ponen jodidas.

La peli empieza bien pero se va desinflando más y más. Llega un punto que solo la acabas porque te jode haber visto tanto y no esperar un poco más para verla acabar. Los actores cumplen, pero hay algo que me revienta y que aprovecho a decir aquí: los malditos cambios sin sentido de las voces de doblaje. Hay actores para los que es ya una lotería, empiezas a ver una película de él y no sabes qué voz le pondrán. Si tienes más o menos asignada una voz a un actor no te preocupes que en cualquier momento viene un estudio de gravación y te jode. Lo de Kevin Spacey en esta peli o tantos otros actores (Ben Stiller por ejemplo) es ya por tocar los huevos. Y que conste que soy defensor incondicional de los ACTORES de doblaje, valoro muchísimo su trabajo, pero no soporto los cambios injustificados de voces.